Sucedió en las Islas Feroe: mientras un biólogo inspeccionaba el cadáver de un cachalote, el estómago de este mamífero marino -hinchado por los gases- explotó y sus vísceras casi le caen encima al desdichado científico.
La explosión se produjo dos días después de la muerte y el animal se encontraba embarrancado en una playa, según Daily Mail.
Estos animales miden entre 15 y 18 metros de largo y pueden llegar a pesar 40 toneladas.