
En su visita a Israel, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, destacó por algo más que su afán por lograr el reconocimiento a su programa independentista en el exterior y las comparaciones de Cataluña con Israel: la gran comitiva que acompañó en su viaje al President ha sido la que ha llamado poderosamente la atención.
A la vez que el Govern está ejecutando una de las políticas de recortes más agresivas en Cataluña (funcionarios, farmacias o el sector educativo han sido algunos de los afectados), el erario público asumió el pago del viaje de más de 60 personas, el número total de integrantes del séquito de Mas en su periplo israelí. Tal y como publica ABC, representantes de 30 empresas catalanas y de 19 centros de investigación, así como personalidades de la talla del alcalde de Barcelona, Xavier Trias, el consejero de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell o el secretario de Asuntos Exteriores y de la UE, Roger Albinyana. Pero no fueron los únicos.
Con el presidente catalán, también llegaron a Israel el secretario de Presidencia, Jordi Vilajoana, el secretario de Universidades, Antoni Castellà. Los jefes de gabinete de los consejeros, del alcalde de Barcelona, el servicio de escolta, el jefe de prensa de Mas y el fotógrafo oficial cierran una lista que se completa con la asistencia de las mujeres de Mas y Vilajoana, aunque desde la Generalitat se especifica que estos dos viajes fueron costeados por las propias mujeres.
En su estancia en Israel, Artur Mas tampoco escatimó en los gastos referentes al alojamiento. Así, el presidente de la Generalitat escogió un hotel de lujo en el centro de Jerusalén, el Mamilla Hotel, un establecimiento hotelero cuya habitación más barata tiene un coste de 409 euros.
El viaje también ofreció detalles llamativos que se salen de la esfera del despilfarro. En concreto, dos. El primero fue que el encuentro que Mas mantuvo con el presidente de Israel, Simon Peres, se realizó sin la bandera española, a diferencia de lo ocurrido en otras visitas de presidentes autonómicos. El segundo fue la negativa de la comitiva de Mas a saludar a unos investigadores españoles del Instituto Weizmann, con el que la Generalitat logró un acuerdo de cooperación, aludiendo que no querían saludar a españoles.
Una fuente perteneciente a los acompañantes de Mas en el viaje, citada por ABC, dijo lo siguiente al respecto: "Si Artur Mas llega a saber que estaban ahí, se hubiese acercado a saludarles. Además queremos mucho a nuestros vecinos españoles, no tenemos ningún problema con ellos. Otra cosa es el Estado español".
La visita de Mas a Israel no ha sido la única que ha creado controversia por el desproporcionado gasto que ha generado. En 2013, Mas ha viajado a Bruselas (en dos ocasiones), París y Brasil, y en octubre de 2012 protagonizó uno de sus viajes más sonados cuando se dirigió a Rusia con más de 80 personas junto a él. Allí, Más se alojó en un hotel de cinco estrellas cuya habitación de menor coste superaba los 300 euros.