Política

Así es Femen, el feminismo con el pecho al aire dirigido por un hombre

"Nuestro cuerpo no es un objeto erótico, sino un objeto para la protesta". Lara Alcázar, representante de Femen en España, lo tiene claro. Junto con las francesas Anna Shevchenko y Pauline Hillier, esta activista protestó el miércoles en el Congreso para reivindicar el aborto y protestar contra Gallardón. La segunda acción de esta sección hispana en sólo cuatro meses fue un éxito. Así es Lara Alcázar, la cara visible de Femen España

Nacido en Ucrania, el movimiento feminista conocido por sus acciones topless ha adquirido estos últimos meses una dimensión internacional, encarnando según muchos una nueva forma de feminismo. De ciudades eslavas como Moscú o Kiev su grito desnudo se ha desplazado a centros económicos occidentales (como Davos), capitales del viejo continente (Berlín, Londres, París, Zurich, Estocolmo, Bruselas...)  y hasta a la vaticana Plaza San Pedro en Roma.

Paradojicamente, un hombre dirige (según algunos, es casi su fundador) este feminismo: Victor Svyatski, de 40 años, mueve los hilos del movimiento, tal y como se demostró en el documental Ucrania no es un burdel, de la cineasta australiana Kitty Green, que pudo verse este año en el Festival de Cine de Venecia.

El líder de los insultos machistas

Svyatski, de hecho, desprecia la opinión de sus chicas y las tacha de débiles, aunque su habilidad para organizar el grupo es notable. "Fue todo un impacto moral cuando me di cuenta cómo funcionaba la organización. Era bastante horrible con las chicas. Les gritaba y les llamaba zorras", denuncia Green.

"Son sumisas, sin garra, impuntuales y otras muchas cosas que les impide ser activistas políticas. Son cualidades que es necesario enseñarles", declara este hombre, con el que muchas de las activistas tienen síndrome de Estocolmo y "dependencia psicológica".

Entrevistado por Der Spiegel, el cerebro del grupo dijo hace poco que la historia del documental estaba pactada entre Green y él: al principio él aparecería como un tipo dominante y en el desenlace las mujeres se librarían de su control.

Sea como fuere, su poder era total y elegía a las chicas más atractivas. "Siempre lo he hecho todo en colaboración con las tres fundadoras de Femen. Femen es un trabajo de equipo. No soy un tirano", sentenció el ucraniano, de quien ahora se dice que ya ha dejado el poder del grupo.

Por qué el pecho: entre flashes y el odio

El retrato de una activista, realizado por el francés Guillaume Herbaut, fue premiado en el 2012 por el prestigioso concurso de fotografía World Press Photo.

La idea de llevar a cabo acciones con el pecho al aire nació poco después de la creación del movimiento en el 2008. Durante una manifestación, las activistas habían escrito un mensaje en su espalda desnuda, pero un fotógrafo presente publicó la imagen torso desnudo de las Femen.

Frente al gran éxito mediático de las fotografías, las protestas topless se convirtieron en la marca del movimiento. Las Femen llevaron a cabo su primer gran golpe el día de las elecciones presidenciales en Ucrania en el 2010. Cuatro jóvenes se desvistieron en el colegio electoral donde votaba el candidato y futuro presidente Viktor Ianoukovitch, poco antes de que éste llegara.

Las Femen, que acumulan cerca de 90.000 Me gusta en su página de Facebook, han comenzado a formar una red europea al instalar en septiembre pasado en París "el primer centro de formación" al "nuevo feminismo".

Este centro es dirigido por una activista que se refugió en Francia en el 2012 tras haber derribado una cruz de madera en apoyo al grupo al grupo ruso Pussy Riot, del cual tres integrantes fueron condenadas el año pasado por cantar una oración punk contra el presidente Vladimir Putin. Otra activista de Femen se mudó a Berlín para implantar una nueva ramificación del movimiento.

Planes a corto plazo

Pese a la polémica, ellas (y él) no se detienen: se mueven en ella como pez en el agua. "Después de Europa, esperamos asentarnos este año en el norte de África y Sudamérica", explica Anna Goutsol, una de las dirigentes de Femen. Estas activistas se inscriben en una tercera ola del feminismo, después de las sufragistas del siglo XIX y de los movimientos de los años 1970, estima Réjane Sénac, investigadora del Centro Nacional de Investigación Científica Francés.

En Ucrania, las activistas de Femen irritan a la población. Pero fuera "sentimos un apoyo moral y material. La gente no dice "¡Ay, de nuevo esas putas!", como se escucha en Ucrania", opina Goutsol. Expertos ucranianos reprochan a las activistas de tratar de llamar la atención a toda costa.


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