Política

Amantes del monje shaolín revelan sus "extrañas conductas sexuales"

Dos mujeres de nacionalidad española que mantenían relaciones sexuales esporádicas con Juan Carlos Aguilar, el falso maestro shaolín, han relatado ante la Ertzaintza que con ellas no había ejercido la violencia, aunque sí tenía conductas "extrañas". La Ertzaintza no descarta más asesinatos

Las dos mujeres, de nacionalidad española, que mantenían relaciones sexuales esporádicas con el falso shaolín también han confesado que pese a que no había violencia directa, Aguilar sí les vendaba los ojos y las ponía en la pared, contra la que lanzaba cuchillos.

Además, les sacaba fotos. Una de ellas ha asegurado que últimamente decía cosas que no le gustaban, como que iba a ir a buscar prostitutas para drogarlas, y una vez inconscientes, acostarse con ellas.

La Ertzaintza ha encontrado fotografías y vídeos de numerosas mujeres en los inmuebles del falso shaolín e investiga si puede haber alguna víctima más, aunque no ha encontrado indicios que apunten a esta posibilidad.

Fijación con las prostitutas

El director de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo, ha matizado, además, que no tiene perfil de asesino en serie. Las mismas fuentes han manifestado que Aguilar, que parecía tener "fijación con las prostitutas", llevaba hasta hace cinco años una vida normalizada. En 2007, se separó de su mujer, que se fue a vivir a Tarragona con sus dos hijos, de 12 y 15 años. Entonces, el ahora detenido perdió el contacto con ellos, según cuentan sus familiares.

Aguilar fue detenido el pasado 2 de junio después de que arrastrara a Maureen Ada Otuya, de nacionalidad nigeriana y que ejercía la prostitución, al interior de su gimnasio, el ZEN4, ubicado en la calle Máximo Agirre de Bilbao, donde la golpeó brutalmente hasta dejarla en coma. La Ertzaintza le localizó en ese momento, y trasladó a Ada al Hospital de Basurto, donde la víctima falleció el día 5.

Una vez en comisaría, el falso maestro shaolín confesó que el viernes anterior, 31 de mayo, había matado a otra mujer. Los agentes procedieron al registro del gimnasio y la vivienda de presunto asesino, lugares en los que encontró un cadáver descuartizado metido en bolsas de plástico, que correspondían a Jenny Sofía Rebollo.

Juan Carlos Aguilar ha relatado que él iba en coche cuando vio en la calle Fernández del Campo a Jenny, que se estaba peleando con alguien. Luego, volvió a pasar y le dijo que la iba a llevar al gimnasio. Una vez allí, según asegura, ésta se puso "agresiva", por lo que la mató.

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