
Ante un nuevo 'fuego', Gallardón parece estar más solo que nunca. Este miércoles, los funcionarios de la Administración de Justicia emprenden una campaña de movilizaciones en contra del desmantelamiento del Registro Civil y "de asfixiar a la justicia para luego privatizarla". El nuevo frente se une al divorcio del Consejo del Poder Judicial, contrario a la reforma del ministro, y al que ya ha manifestado el Tribunal Supremo, molesto con la "injerencia política desvergonzada" que supone y "situar" a un vicepresidente "como comisario político".
Su defensa de las tasas judiciales y de la reforma del aborto tampoco añaden nuevos amigos a la agenda del titular de Justicia que al tiempo ve como en su partido demoran la ley, mientras otros hablan sin tapujos de las aspiraciones del veterano político madrileño. Su nombre, retorna a las quinielas. Aznar: "La solución es Alberto"
Partidos, asociaciones judiciales, opinión pública, compañeros de partido. Desde que Gallardón iniciara su carrera dentro del gabinete de Mariano Rajoy apenas ha dejado de cosechar críticas cada vez que se encomienda a un cambio de política, algunos radicalmente opuestos a su propio programa electoral, tal y como ha supuesto la reforma de la justicia.
Los reproches de la Justicia
Es el caso del nuevo sistema de elección del vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial y también del Tribunal Supremo, que será votado entre los candidatos propuestos por el presidente del Gobierno, y que incluso podrá ser destituido por éste. De cualquier manera, una medida alejada del principio de despolitización de la Justicia prometida en tiempo electoral por el Partido Popular. El Supremo ya ha pedido una reunión de urgencia con Gallardón.
La semana pasada, más allá de lo que afecta a la estructura y al funcionamiento interno de la Justicia, representantes feministas practicaban un escrache al ministro, suceso que finalmente quedó cerrado con dos detenciones. Las posiciones divergentes a su postulada reforma del aborto no han encontrado el respaldo de ningún partido de la oposición. Y su propio partido, el Popular, ya ha mostrado su disposición a dejarle solo, o al menos a frenar la iniciativa que para algunos coetáneos "es solo suya".
Cospedal, a preguntas de periodistas en la recuperada rueda de prensa de los lunes, aseguraba al respecto que "no hay ni siquiera una idea de lo que va a ser el proyecto". Rafael Hernando, por su parte, pedía que la nueva ley no retrocediera a la aprobada en 1985, entonces por el Gobierno socialista de Felipe González. Celia Villalobos era más plástica en sus críticas. En plena defensa del punto, la parlamentaria malagueña abandonaba el escaño, lo que se interpretó como una censura al predicamento de su compañera Beatriz Escudero, que en ese momento se encontraba defendido el posicionamiento del ministro en la tribuna. Más tarde, Rajoy pronunció aquello de "la reforma del aborto está aún defendiéndose".
Los tiempos de Gallardón
Así pues, una ley que se las prometía rápida en la aprobación de su procedimiento, continúa basculando nueve meses después, con unas expectativas de parálisis, quizá por miedo a brindar a la oposición un elemento más de desgaste al Gobierno y al partido. Un parlamentario del Grupo Popular lo expresaba así recientemente para La Vanguardia: "Gallardón no ha sabido medir bien los tiempo".
La ambición de Gallardón o sus ansias por poner fin a un proyecto de ley que lleva el tiempo de un embarazo en la picota podrían ser el germen de una nueva fuente de reprobaciones sobre las actuaciones de este fiscal consagrado a la política. En este caso, la censura no vendría de fuera. Moraría en el seno de Génova 13. Los 'papeles de Bárcenas' pueden ser la principal motivación, mezclados con el interés de Gallardón por suceder a Mariano Rajoy.
Este viernes, un confidente del diario El Mundo daba aviso a navegantes: "Los papeles del extesorero están más vivos que nunca - y el principal interesado de que sigan vivos es Gallardón- porque de confirmarse su autenticidad, Rajoy y Arenas y otros dirigentes estarían liquidados. Solo quedaría Alberto apoyado por Aznar, por eso Rajoy ha enviado un mensaje: si sigues enredando con Alberto le voy a dar un puntapié a tu mujer en la alcadía "Aznar podría haber acuñado en FAES: la solución es Alberto".
Inquietud
Las revelaciones del confidente de El Mundo han sido confirmadas a EcoDiario.es. Un reputado dirigente admite que en el partido "hay inquietud". "Algo se mueve. Esta noticia es una bomba de relojería, y pedir un apoyo innegociable -como hizo Cospedal el pasado viernes en la XIX Interparlamentaria celebrada en Salamanca- no es ser leal. La lealtad ?remata la fuente consultada- no reside en el silencio".
Gallardón no se ha pronunciado a este respecto. El titular de Justicia ya tuvo ocasión al inicio de la legislatura de descartarse de la carrera sucesoria a La Moncloa. Antes de saber si iría en las listas de Rajoy, Gallardón mantenía que sus "aspiraciones estaban colmadas como alcalde de Madrid". No en vano, a los pocos meses era nombrado ministro. Hace apenas unos meses, y en una entrevista concedida a la Cadena Ser, Alberto Ruiz-Gallardón anunciaba que éste era el puesto en el que "iba a culminar su vida política". Y además -añadía-, "la sucesión de Rajoy hay que mirarla a muy largo plazo? Seré miembro del Gobierno mientras el presidente quiere que lo sea". En su partido hay quienes no piensan lo mismo. En la valoración ministerial pierde sin embargo puntos.