
El primogénito de Jordi Pujol, Jordi Pujol Ferrusola, ganó 12,7 millones de euros en un día solo con una empresa y un empleado, según el diario ABC. Se trata, señala un informe judicial, de una de las cinco sociedades investigadas por mover 32 millones por 13 países. Jordi Pujol: "En España no funcionan los tribunales
Más de 12 millones de euros es la cantidad que logró el empresario Jordi Pujol Ferrusola de una vez en 2008 gracias a la empresa Inicatives Marketing i Inversions S.A, una de las cinco que según el juez movieron 32 millones por varios paraísos fiscales.
El negocio del mármol
Según la información, dicha empresa tenía como objeto comprar y vender en todo el mundo mármoles, granitos y todo tipo de piedra natural, así como realizar proyectos llave en mano. Para ello, la compañía no tenía más trabajadores que su exesposa, Mercè Gironés Riera.
Pero lo que ha llamado más la atención de la Justicia han sido los millonarios réditos obtenidos: la empresa sólo llegó a facturar algo menos de 450.000 euros, una cantidad alejada de los 12,7 millones de euros, cuyo origen -destaca ABC- no proceden de esta actividad económica. Sin embargo, la defensa de Jordi Pujol Ferrusola discrepa de este dato y asegura que todos los fondos son lícitos.
Entre tanto, la Audiencia continúa poniendo el foco en sus empresas, especialmente a raíz de la denuncia de una de sus parejas, María Victoria Álvarez, quien ante audiencia judicial llegó a reconocer los viajes que Jordi Pujol Ferrusola hacía a Andorra con el maletero lleno de bolsas con fardos de billetes de 500 euros.
Las baldosas del Prat
La relación del hijo del expresidente de la Generalitat con el mármol viene de lejos, apostilla el diario madrileño. En 1991, la casa Natural Stone, germen de la actual Iniciatives Marketing i Inversions, fue la escogida para el suministro de una zona del aeropuerto de El Prat. Aquella decisión -recuerda el rotativo- no estuvo exenta de polémica. Especialmente por dos motivos: los negocios que hacía el clan Pujol a la sombra del poder y, la mala calidad de la piedra suministrada, que diez años después tuvo que ser sustituida.