
Si el juez instructor del 'caso Nóos', José Castro, decidiese imputar a la infanta Cristina se encontraría con un recurso de la Fiscalía. Así lo confirman fuentes de este departamento, quienes insisten que su oposición a que la hija menor del Rey don Juan Carlos se siente en el banquillo, aunque fuese como testigo, se debe a una motivación "estrictamente jurídica". Cristina era titular de una cuenta que Urdangarin facilitó a Corinna.
Este recurso de Anticorrupción a la imputación de Cristina no paralizaría de ningún modo el interrogatorio, pero si esto ocurriese, José Castro, por deferencia con la Fiscalía "estudiaría seriamente" suspender la cita y dejar en manos de la Audiencia Provincial la decisión de llamarla a declarar, según fuentes consultadas por La Voz de Galicia.
Desde la Fiscalía sostienen que en un año y medio de interrogatorios no se han han aportado "indicios sólidos" para probar que la mujer de Urdangarin tomó "decisiones proactivas" para ayudar a su marido en la comisión de un delito.
Incluso mantienen este argumento tras la publicación de los nuevos correos electrónicos aportados por el exsocio de Urdangarin, Diego Torres, en los que se evidencia que el duque de Palma informaba a su esposa, la infanta Cristina, de los detalles y funcionamiento del Instituto del que ella formaba parte de la junta directiva. Éstos no son objeto de acusación aunque en algún momento pudiese conocer los negocios de su marido o incluso beneficiarse de dinero ilícito.
Castro lo ve claro
Por su parte el juez Castro ve en la acumulación de indicios un motivo para interrogarla. Y la forma más garantista sería, a su juicio, mediante la imputación.
Sur argumentas giran en torno a que tanto los correos en los que se le nombra en gestiones de Nóos, como en ser la único miembro de la Junta directiva de la fundación que no está imputada; que fuera la copropietaria de la inmobiliaria Aizoon, presuntamente usada por Urdangarin para desviar cerca de un millón de dinero público; que fuera la primera titular de la cuenta que abrió Aizoon; o que girara facturas contra esa mercantil por valor de 600 y 700 euros semanales como si fuese un proveedor más.