El dirigente de Nuevas Generaciones del PP madrileño, Ángel Carromero, está decidido a llegar hasta el final para esclarecer quién es el autor de la filtración sobre su expediente de tráfico. A su juicio éste es el motivo que agravó el proceso en en el que se ha visto inmerso tras la muerte de los disidentes Oswaldo Payá y Harold Cepero.
Según el diputado popular Pablo Casado, que ayer visitó a Carromero en la prisión de Segovia explicó a ABC que de las 45 multas en un año que se le atribuyen a Carromero, 43 son de aparcamiento y no todas de él, ya que el coche está a su nombre pero es utilizado también por otras personas de la familia, como su madre y su hermana. Otras dos, que son de tráfico, una es por hablar por el teléfono móvil y otra por conducir a unos 145 kilómetros por hora.
Carromero insiste en su inocencia y que cuando el coche que conducía en Cuba se estrelló la velocidad no era excesiva y la señalización era deficiente y que desde el régimen cambiaron su actitud al conocerse la información de las multas y lo acusaron de conducción temeraria.
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