Los dos principales líderes de la política nacional, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, vuelcan su agenda vespertina de este viernes en Galicia para arropar en el cierre de campaña a sus dos candidatos en liza, el actual presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y Pachi Vázquez respectivamente.
Rajoy y Rubalcaba se juegan mucho este domingo. Galicia, más que el País Vasco -donde las cartas están prácticamente echadas-, es clave para los aparatos de Génova y Ferraz a 10 meses de las elecciones generales y con una huelga general asomándose por las calles.
Una victoria necesaria
La victoria de Alberto Núñez Feijóo es determinante para Mariano Rajoy. Sus resultados pueden ser más beneficiosos para el presidente del Gobierno que el anunciado rescate de la UE. En los cuarteles de los populares y en el Gobierno son conscientes de la trascendencia de este triunfo del que solo cabe celebración si se da una mayoría holgada que permita a Feijóo continuar gobernando en solitario.
No en vano, hay temor. Las encuestas internas son optimistas, pero ahí está la experiencia de las andaluzas. Además, "hay un voto silencioso muy grande y los funcionarios están cabreados", comenta una fuente autorizada del PP a EcoDiario.es. La caída de Rajoy en las encuestas tampoco ayuda. "Eso explicaría la campaña del actual presidente de la Xunta, "sin siglas, y marcando distancias con el jefe del Ejecutivo español", remarca la misma fuente.
Tras la etapa Touriño, los socialistas aspiran a tocar poder en Galicia. Los pactos con los nacionalistas gallegos se contemplan como una salida triunfante. Un pequeño descalabro de Feijóo es un éxito para ellos. Un tropiezo en las urnas es un ataque en firme a la continuidad de Rubalcaba, que ve como pierde apoyos en favor de Carme Chacón.
Predicamento y liderazgo
El despliegue que ambas formaciones políticas ha volcado en los mitines del cierre de campaña gallega -cuatro en distintos provincias en un solo día- fundamenta la lectura nacional que se ha querido dar a estos comicios. Rajoy necesita a Galicia para 'salvar los trastos', y Rubalcaba -quien ha intensificado su presencia en los últimos días- entiende el peligro que corre su liderazgo y su predicamento con una apuesta difícil de encontrar arraigos en aquella comunidad.
Los partidos decisivos
El caso del País Vasco es distinto. Trascendencia soberanista y anuncios de acuerdos entre Urkullu y Artur Mas aparte, las encuestas dan por hecho que los dos, PSE y PPE, perderán votos en las urnas. El PSE deja atrás su mayoría para gobernar; eso sí, se le abre la puerta de un pacto con el PNV para salvar los muebles como hoy ha trascendido en algunos medios, información desmentida de inmediato por Urkullu.
Basagoiti, por su parte, ahuyenta en las últimas horas los malos augurios del CIS. "Los sondeos ya se equivocaron", recuerda. El futuro próximo de Patxi López está en el aire. No obstante, PP y PSOE se consideran decisivos en el nuevo arco parlamentario donde PNV y Bildu tendrán mucho que decir.