Política

El PP recurre al populismo para sofocar el malestar social

Alberto Ruiz Gallardón, ministro de Justicia.

Ante la brecha abierta entre políticos y ciudadanos, que parece ir más allá de los colores, algunos dirigentes del Partido Popular buscan recuperar la complicidad con la sociedad presentando propuestas que podrían ayudar a sofocar el malestar reinante.

Este viernes, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, anunciaba la reforma del Código Penal con la sorprendente introducción del concepto de 'prisión permanente revisable', una cadena perpetua que solo será revocada por los tribunales, dependiendo del comportamiento y la situación específica del preso.

Esta cadena perpetua significa un endurecimiento sin precedentes de las penas del código español, que ya de por sí son de las más duras del ámbito europeo, y serán aplicadas no solo para casos de terrorismo, como se había filtrado en un principio, sino para delitos como asesinatos  de menores y en casos de genocidio, magnicidio y crímenes contra la humanidad.

La propuesta está destinada a templar la frustración social ante crímenes como el de la joven Marta del Castillo o el más reciente, que implica la desaparición y presunto asesinato de los hermanos Ruth y José Bretón.

La abogada de Ruth no se fía

De hecho, ante el anuncio de Gallardón, la misma abogada que representa a Ruth Ortiz, la madre de los pequeños cordobeses, mostró escepticismo, asegurando que "no se cree nada hasta que no se convierta en una realidad".

En unas declaraciones a la agencia Efe, la letrada explicó que "siempre que sale un caso mediático", como es en estos momentos el de estos dos menores, "se habla de reformar el código penal".  "Aprovechan el tirón para contentar a la opinión pública", aseguró.

El salario de los políticos

No es el único caso que ilustra el interés del PP por volver a contactar con sus votantes y con la sociedad española en general. En un ambiente de crispación hacia la clase política, donde abundan casos importantes de corrupción y abuso de poder que ha llevado al enriquecimiento de múltiples dirigentes mientras la clase media sigue padeciendo las consecuencias de la grave crisis económica española, la presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, ha lanzado un nuevo órdago.

Cospedal propuso esta semana en las Cortes regionales la supresión del salario que perciben los parlamentarios castellano-manchegos y la reducción a la mitad de los mismos, lo que ha suscitado controversia.

La presidenta regional apuesta por que los diputados vuelvan a ejercer su actividad privada, y que solo cobren una cantidad en dietas por su asistencia a las Cortes. La propuesta ha sido muy criticada por distintos sectores, y no ha gozado tampoco de simpatía dentro de su mismo partido, ya que implica que solo los ciudadanos pudientes puedan dedicarse a la actividad pública.

No es probable que la propuesta se vea materializada, ya que Cospedal necesitaría modificar el Estatuto de Castilla-La Mancha, para lo que requiere conseguir el acuerdo con el PSOE. Sin embargo, la presidenta regional ha copado titulares y ha generado una corriente de opinión pública favorable, ya que la sociedad demanda en la actualidad la contención y nuevas formas en sus representantes políticos.

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