Alberto Ruiz Gallardón, con su actitud ambigua sobre el 'caso Uribetxebarría', ha vuelto a situar en la picota al Partido Popular, señalado con el dedo por una división interna en sus filas en apariencia motivada por discrepancias en materia antiterrorista. Una actitud que ha desconcertado al ministerio de Interior.
Según fuentes de este departamento, citadas por El País, "es cierto que Gallardón ha mostrado su apoyo a Interior, pero ese respaldo tan claro a la Fiscalía... lo podía haber evitado", explican.
Al tiempo que el ministro de Justicia defiende la decisión del juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, de concederle la libertad condicional al etarra, apoya el recurso presentado por la Fiscalía para impedir tal efecto. El ministerio de Interior no se ha pronunciado sobre esta última postura.
Gallardón apoya por tanto los argumentos del Ministerio Público que explica que la situación del enfermo hace "inaplicable" el artículo 92.3 del Código Penal, que autoriza la concesión de la libertad condicional a "enfermos muy graves con padecimientos incurables". Para la excarcelación el etarra tendría que haber formulado una "declaración de arrepentimiento", como exige el artículo 90 del Código Penal y en el que se basa la denominada 'vía Nanclares' para etarras que se han desvinculado de la banda.
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Una pugna por el poder