
'El pueblo unido jamás será vencido' podría poner sin problemas el broche de oro al manifiesto de Sociedad Civil y Democracia. Un texto marcadamente populista que apela a la cohesión social como eje vertebrador de la vida pública y que no escatima oportunidad para demonizar a la clase política y económica. Habrá que esperar, salvo imprevistos, al próximo 21 de octubre para ver si los gallegos dan el 'sí quiero' a las propuestas de Conde.
En forma de decálogo, el partido en el que Mario Conde ha puesto todos sus desvelos y esperanzas, explica "cuál es su forma de entender la política".
SCD propone acabar con la oligarquía política y económica y trasnformar la actual democracia representativa, instaurada constitucionalemente desde 1978, en un sistema participativo donde "el interés y necesidad ciudadano prevalezca por encima de cualquier otra. Y para ello sería necesario "recuperar el sentido humanista de todos nuestros proyectos colectivos", reza el documento.
El proyecto que liderará Mario Conde se aleja de cualquier creencia religiosa y está abierto a cualquier perspectiva humana que el individuo considere que "tiene una dignidad inalienable".
Otro de los pilares centrales del manifiesto es un sistema de libertades públicas de garantías reales y efectivas. Por ello la exigencia de ejemplaridad pública a través de una separación de poderes y endurecimiento de penas es clave en el programa de Sociedad Civil.
Poner punto y final a la crisis trae de cabeza a Mario Conde quien ya desde su papel de tertuliano dibujaba las recetas para superar esta etapa del ciclo económico. Desde su partido aboga por una economía al servicio del pueblo pero es la propiedad privada de donde debe emanar el crecimiento y la creación de empleo.