En julio ha habido dos encuestas importantes. A nadie se le oculta que entre ambos trabajos de campo sucedió un acontecimiento de singular relevancia: el ajuste anunciado por Rajoy el 11 de julio de 2012 y convertido en decreto ley el día 13 que representaba un recorte de 65.000 millones de euros. El PSOE no aprovecha el desgaste. | ¿Se necesita un Monti español?
La encuesta del barómetro de julio del CIS, con poderosas garantías sociológicas de calidad (2.500 entrevistas personales, realizadas mediante visitas a domicilio), acaba de publicarse poco después de que el 29 de julio se hiciera público el sondeo de Metroscopia para El País, efectuado mediante mil entrevistas telefónicas y con mayor margen de error. La encuesta del CIS, cuyo trabajo de campo se realizó entre el 2 y el 10 de julio, arroja el siguiente resultado referente a la intención de voto que atañe a los dos principales partidos: PP: 36,6%; PSOE: 29,9%. El PP habría perdido ocho puntos con respecto a los resultados del 20N y el PSOE habría ganado 1,2.
La encuesta de Metroscopia, cuyo trabajo de campo se realizó los días 25 y 26 de julio, otorga al PP un 30,0% de los votos (14,6 menos que el 20N) y al PSOE, el 24,7% (4 puntos menos que en las generales).
La clave del ajuste
A nadie se le oculta que entre ambos trabajos de campo sucedió un acontecimiento de singular relevancia: el ajuste anunciado por Rajoy el 11 de julio de 2012 y convertido en decreto ley el día 13 que representaba un recorte de 65.000 millones de euros. En definitiva, dada la trayectoria prestigiosa de ambos sondeos en su proyección histórica, todo indica que la realidad de lo que piensa la opinión pública está más cerca de los datos de Metroscopia que de los del CIS. De hecho, según Metroscopia el PP cayó 7 puntos en el último mes.
PSOE y PP se alejan de la ciudadanía
En cualquier caso, la lectura de los sucesivos sondeos arroja una conclusión clara: cada vez es mayor la desafección de la ciudadanía hacia el binomio PP-PSOE que se turna al frente del Estado. Si el PSOE no fue capaz de abordar la crisis, el PP tampoco parece bien encaminado ni muestra las energías precisas para ofrecer expectativas. En la encuesta del CIS es muy relevante que la abstención activa - es decir, la que se efectúa conscientemente contra el sistema- alcanza el 22,3%.
Consecuencia y causa de esta desafección es el menosprecio que se hace de la clase política en la encuesta: ningún político aprueba, Rajoy apenas alcanza el 3,39 y Rubalcaba el 3,8, y quien logra menor nota -4,33- es Rosa Díez, maestra en criticar el sistema desde el corazón del sistema. En cualquier caso, el 77,9% piensa que Rajoy no inspira confianza y el 83% cree lo mismo de Rubalcaba.
Así las cosas, es lógico preguntarse adónde nos conduce esta desafección. Es pronto para responder, pero no lo es en absoluto para pronosticar que si los partidos convencionales no se reconcilian con el electorado, nos encaminaremos hacia una representación fragmentada, con presencia de grupos radicales, que hará el futuro muy incierto y sumamente difícil la gobernabilidad.
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Expresidente del Gobierno
El CIS castiga los recortes