El presidente ecuatoriano Rafael Correa y su homólogo venezolano Hugo Chávez pidieron una condena "contundente" contra Bogotá, pero admitieron que el acuerdo alcanzado en la OEA es un primer paso para aliviar la crisis regional, tras desplegar tropas en sus fronteras con Colombia.
Correa, quien llegó a Caracas la noche del miércoles en el marco de una gira regional en busca de apoyo, advirtió que si Ecuador no obtiene "una condena contundente" a la agresión de Colombia en la Organización de Estados Americanos (OEA), su país buscará satisfacción por sus propios medios.
"El problema no está resuelto y tendremos que trabajar mucho para solucionarlo", dijo este jueves el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
El mandatario ecuatoriano calificó la resolución adoptada el miércoles por el Consejo permanente de la OEA de "primer importante paso al frente" y agradeció al organismo interamericano.
También dio la "bienvenida" a la formación de una comisión de verificación y la celebración de una asamblea de cancilleres, el 17 de marzo, pero dijo que si el resultado no es una condena "sin tapujos", Ecuador la exigirá por sus "propios medios", sin especificar las medidas a tomar.
Una comisión de la OEA se trasladará al lugar donde fuerzas militares colombianas abatieron el pasado sábado al número dos de la guerrilla FARC, Raúl Reyes, en territorio ecuatoriano.
Por su parte, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, pidió el jueves en Bruselas una "solución diplomática" al conflicto
Chávez respaldó a Correa en la rueda de prensa que ofrecieron de manera conjunta y aseveró que "Ecuador contará con nuestro incondicional apoyo en cualquier circunstancia".
Correa ha coincidido en Caracas con la presidenta argentina Cristina Kirchner, quien también llegó la noche del miércoles a Venezuela y este jueves debe firmar una serie de acuerdos de cooperación con Chávez, y le agradeció su apoyo en la crisis con Colombia.
Desde Buenos Aires, el jefe de Gabinete de Argentina, Alberto Fernández, pidió este jueves "moderación para que la región no se convierta en una zona de guerra".
Fernández rechazó categóricamente el ingreso de los militares colombianos a Ecuador, "una infracción a las reglas de la soberanía inadmisible", dijo.
Sin embargo, "eso de ningún modo puede llevarnos a alentar un proceso bélico en momentos en que la región mejora y hace esfuerzos por superar las desigualdades sociales", añadió.
Ecuador rompió relaciones diplomáticas con Colombia el lunes pasado y reforzó militarmente su frontera septentrional.
En tanto, Venezuela suspendió sus relaciones diplomáticas con Colombia y envió 10 batallones militares, estimado en unos 6.000 hombres, para asegurar la frontera con ese país.
La crisis diplomática se desarrolla en medio de acusaciones del gobierno de Colombia a Chávez y Correa por supuestos vínculos con las guerrillas comunistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El vicepresidente colombiano, Francisco Santos, calificó el jueves de "bomba a punto de estallar" el "apoyo claro del presidente Chávez a las FARC y la presencia de las FARC en Ecuador", en una entrevista a la AFP en Bruselas.
"No me quiero anticipar a ningún tipo de hecho, nos vamos a manejar con prudencia. Pero de ninguna manera vamos a parar ninguna operación que permita capturar o dar de baja a un alto miembro de esa organización terrorista", dijo.
Santos insistió en que "la revolución bolivariana del presidente Chávez es un proyecto que pretende desestabilizar todas las democracias continentales".
En Colombia, las FARC liberaron a cuatro turistas, de un grupo de seis, que habían secuestrado el pasado 13 de enero, al tiempo que en el departamento del Putumayo (sur) dinamitaron al menos siete tramos del oleoducto que sirve a Colombia y Ecuador.
Uribe, Correa y Chávez son esperados el viernes en República Dominicana para una Cumbre del Grupo de Rio, que podría ser espacio para la concertación regional sobre la crisis que protagonizan.
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