La crisis entre Colombia y sus vecinos Ecuador y Venezuela se agudizó el martes, mientras la OEA buscaba una salida al conflicto y el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, advirtió durante su gira latinoamericana que irá "hasta las últimas consecuencias".
La crisis se escaló con el anuncio del presidente colombiano Alvaro Uribe de que demandará ante la Corte Penal Internacional (CPI) a su par venezolano Hugo Chávez por financiar el "terrorismo"; en tanto que Caracas ordenó el cierre de la frontera con Colombia.
El canciller venezolano, Nicolás Maduro, en una tácita respuesta al anuncio de Uribe, lo acusó de estar vinculado a narcotraficantes y paramilitares "culpables de horrendos crímenes de guerra".
Simultáneamente, el mandatario ecuatoriano Rafael Correa advirtió en Lima y Brasilia que está dispuesto "a llegar hasta las últimas consecuencias", al emprender una gira por Perú, Brasil, Panamá y Venezuela para intentar cerrar filas contra Colombia.
En Brasilia, Correa advirtió que dará por superada la crisis "si la OEA se pronuncia categóricamente rechazando la agresión de Colombia".
La crisis empezó a ser debatida en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, luego de que el lunes Ecuador -que convocó el foro- rompiera relaciones diplomáticas con Colombia, y Venezuela lo secundara expulsando al embajador colombiano en Caracas.
Ecuador acusó a Colombia de "violación planificada y premeditada" de su territorio, mientras que el gobierno de Uribe reiteró su pedido de "disculpas públicas al gobierno de Ecuador y a su pueblo", por su acción militar del fin de semana en suelo ecuatoriano en la que fue abatido el número dos de la guerrilla FARC, Raúl Reyes, y varios rebeldes más.
Además, Colombia aceptó en el debate de la OEA la propuesta ecuatoriana de convocar a una reunión extraordinaria de cancilleres de las Américas para buscar una solución a la crisis diplomática.
En esa sesión Venezuela denunció una "acción guerrerista genocida" de Colombia, y rechazó "la pirotécnica diplomática fundamentada en falacias y mentiras" del gobierno colombiano.
Por su parte, Estados Unidos refrendó su apoyo a Bogotá, señalando que "respalda completamente los esfuerzos del gobierno de Colombia y el presidente Uribe", al tiempo que pidió a los países de la región "trabajar constructivamente en apoyo (...) de una resolución diplomática".
Ante la falta de acuerdo sobre la resolución de la crisis diplomática entre Ecuador y Colombia, la sesión del Consejo Permanente de la OEA pasó a un receso para tratar de llegar a un acuerdo durante la noche del martes.
Correa y Chávez habían ordenado en los días previos militarizar sus fronteras con Colombia, a lo cual se sumó el anuncio este martes del ministro venezolano de Agricultura, Elías Jaua, del cierre de la zona limítrofe con Colombia.
En medio de la agudización de la crisis, Uribe recibió una llamada telefónica del presidente Bush, quien le manifestó su apoyo y le agradeció "su fuerte liderazgo en la lucha contra las FARC".
A su vez el alto comisionado para la paz del gobierno colombiano, Luis Carlos Restrepo, señaló que Bogotá denunciará a Ecuador ante "instancias internacionales" por haber establecido un "cogobierno" con las FARC en la frontera, basado en archivos de computadores confiscados a Reyes.
Exhibiendo esos documentos, Uribe acusó a Chávez de apoyar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), consideradas terroristas por Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
Correa aseguró que el ataque contra las FARC frustró la liberación en marzo de 12 rehenes de las FARC, entre ellos la política colombo-francesa Ingrid Betancourt, en la que sostuvo trabajaba su gobierno, lo cual fue negado por Colombia.
Por su parte, la Comisión de Relaciones Exteriores de Colombia, integrada por ex presidentes y ex cancilleres, respaldó a Uribe y dijo que la nación tiene derecho a expresar "su desacuerdo con países vecinos que acojan a grupos armados en su territorio".
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