La economía española, afectada por la ralentización mundial y por el tope alcanzado por el sector de la construcción, se ha convertido en el tema central de la campaña para las elecciones del 9 de marzo.
El Partido Popular (PP, conservador) fue el primero que hace unos meses hizo suyo este tema, desaparecido del debate político durante casi toda una legislatura centrada, a falta de malos datos económicos, en el terrorismo y en las competencias de las regiones.
España ha conseguido en estos años mejorar los principales indicadores: el crecimiento pasó del 3,1% en 2003 al 3,8% en 2007, año en que se registró superávit presupuestario (2,23%) por tercer año y en alza.
En diciembre el país superó a Italia en Producto Interior Bruto (PIB) por habitante, según la Comisión Europea.
El desempleo, del 11,5% en 2004, fue del 8,3% en 2006 e incluso se consiguió bajar la inflación, tradicional caballo de batalla español, casi al 2% recomendado por la Unión Europea (UE).
Pero el freno de la economía mundial por la crisis de los "subprime" en Estados Unidos y la incesante subida de precios del petróleo también han hecho mella en España, donde el desempleo volvió a subir tres puntos en 2007 y la inflación llegó al 4,3%, en sintonía con el resto de Europa.
Para los conservadores de Mariano Rajoy, España sufre una crisis económica pero el gobierno "no ha previsto lo que venía", según su número dos, ex presidente de Endesa y candidato a ministro de Economía, Manuel Pizarro.
A finales de los 90 y comienzos de los 2000, el crecimiento español se cimentó en las inversiones en la construcción, sector ya antes preponderante, y proliferaron las empresas constructoras.
Ahora, algunas han cerrado y el desempleo se ha cebado en ese sector (+12,8% en diciembre), a lo que hay que sumar la fuerte subida de intereses de las hipotecas.
A partir de 2003, con las tasas de interés europeas en su nivel más bajo (2%), subió la compra de viviendas, casi todas a tasa variable, en un momento en que el precio de éstas se disparó.
Muchos dedicaron gran parte del sueldo a pagar el préstamo, pero los intereses han subido hasta un 4% y empieza a haber familias con el agua al cuello para devolverlo.
Y desde mediados de septiembre cada vez hay más impagos y embargos de pisos.
En 2007 la concesión de préstamos bajó un 5,1% respecto a 2006, se prestó una media de 149.000 euros (223.500 dólares, un 6,2% más), a una tasa de interés media del 4,7% y a pagar en una media de 26 años, ambas cifras en alza.
Y esto en un país con una renta media anual de 22.000 euros pero con cada vez más trabajadores con estudios universitarios llamados "mileuristas" (su sueldo no llega a mil euros mensuales = 1.500 dólares) y con el salario mínimo en los 600 euros --de los últimos de la zona euro--, frente a los 1.500 de Luxemburgo, 1.200 en Francia y ... los 92 euros de Bulgaria.
La inflación ha hecho que la leche lidere las subidas de precios de los alimentos con un +25,85%.
Con todo esto no extraña que la confianza de los consumidores haya caído durante los últimos nueve meses.
Ante este panorama, el PP propone eximir de impuestos a quienes ganen menos de 16.000 euros anuales, además de apostar por la creación de 2,2 millones empleos.
Por su parte, Zapatero asegura que "la desaceleración no va a ser ni profunda ni prolongada" y que el país es el "mejor preparado".
El ministro de Economía, Pedro Solbes, que asegura que la inflación dejará de subir en breve, se opone a bajar los impuestos porque prefiere mantener las medidas sociales.
Pero Zapatero prometió devolver 400 euros a quienes paguen impuestos y quiere crear 2 millones de empleos, subir el salario mínimo a 800 euros en cuatro años y que las familias con problemas puedan ampliar el plazo del pago de hipotecas sin coste.
Y los sindicatos van más allá y piden diversificar las inversiones y por ende los empleos.
esb/pal/jo
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