El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, estimó el martes que su país ejercía el derecho de "autodefensa" combatiendo a los rebeldes kurdos en el norte de Irak con una ofensiva que Bagdad califica de "violación de su soberanía".
"La operación transfronteriza llevada a cabo por Turquía es el resultado de su derecho legítimo de autodefensa", afirmó Erdogan ante el grupo parlamentario de su partido.
"Turquía libra un combate justo contra una organización terrorista que amenaza la paz y la estabilidad regionales (...) Turquía tiene derecho a defenderse por sí misma, a eliminar a aquellos que atenten contra la paz, la unidad y la solidaridad de sus ciudadanos", añadió.
Erdogan alegó que la presencia de los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) --contra los que el ejército turco lleva a cabo una ofensiva desde el jueves por la noche-- constituía "un elemento de inestabilidad política para Irak".
Las autoridades iraquíes, por su parte, condenaron este martes la incursión militar turca.
"En una reunión de hoy, el gabinete expresó su rechazo y su condena por la incursión del ejército turco que considera una violación de la soberanía de Irak", afirma el gobierno en un comunicado difundido por su portavoz, Ali al Dabagh.
Estados Unidos, que lleva meses transmitiendo información sobre los desplazamientos de los insurgentes y cuyo secretario de Defensa, Robert Gates, viajará el miércoles a Ankara, pidió la retirada rápida de las tropas turcas.
Turquía afirmó que las retiraría una vez que hubiera concluido su misión, sin poner fecha.
Sobre el terreno, las fuertes nevadas caídas bloquearon "parcialmente" la operación, pero no impidieron a la aviación y a la artillería proseguir con sus bombardeos, según un comunicado del Estado Mayor turco.
Miembros de las fuerzas armadas kurdas de la región autónoma del norte de Irak dieron cuenta de combates cerca del campamento de Zap, un lugar situado a seis kilómetros de la frontera turca y utilizado por los rebeldes para infiltrarse en Turquía.
Hablaron también de enfrentamientos en la región montañosa de Hakurk, uno de los principales bastiones del PKK, situado más al este y a unos 20 km de la frontera turca.
El martes, el Estado Mayor turco dio cuenta de dos muertes por disparos en sus filas y se declaró incapaz de dar un balance de bajas entre los rebeldes debido a las nefastas condiciones meteorológicas.
Estas muertes elevan a 19 el número de soldados que perdieron la vida desde el inicio de la operación contra los rebeldes, los cuales habrían perdido al menos 153 hombres, según los cálculos del ejército turco.
El último balance del PKK invertía la tendencia al hablar de por lo menos 81 soldados y tres rebeldes muertos.
El principal partido prokurdo de Turquía, el Partido para una Sociedad Democrática (DTP), pidió el martes el cese de los combates y advirtió de que "la Historia castigará a los causantes de guerras, a aquellos que se alimentan de sangre y hacen política sobre la sangre derramada".
En la ciudad oriental turca de Van, de mayoría kurda, nueve personas fueron detenidas a raíz de disturbios entre manifestantes que se oponían a la ofensiva y las fuerzas policiales.
Turquía estima en unos 4.000 los rebeldes atrincherados en el norte de Irak.
El conflicto kurdo en Turquía ha dejado más de 37.000 muertos desde que en 1984 dio comienzo la insurrección del PKK, considerado una organización terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos.
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