Los dos partidos de la ex oposición de Pakistán se disponen a nombrar este viernes un primer ministro para su futuro gobierno de coalición, después de su victoria en las legislativas frente al presidente Pervez Musharraf, quien por ahora quiere permanecer en su puesto.
Es probable que se trate de Makhdoom Amin Fahim, el vicepresidente del Partido del Pueblo Paquistaní (PPP), el movimiento de la difunta Benazir Bhutto, dirigido en los hechos por su viudo Asif Ali Zardari, que llegó en primer lugar en las elecciones legislativas, con fuerte ventaja sobre sus competidores.
El segundo vencedor de las legislativas, Nawaz Sharif, jefe de la Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz (PML-N) y "Zardari hablaron el jueves al anochecer de Makhdoom Amin Fahim como futuro primer ministro", anunció a la AFP un alto responsable del PPP.
Todo el estado mayor del PPP se encontraba reunido en Islamabad para discutir la aplicación del acuerdo anunciado el jueves entre Zardari y Sharif sobre la formación de un gobierno de coalición después de su triunfo electoral, precisó a la AFP el portavoz del PPP, Farhatulá Babar.
Sharif y Zardari no pueden ser primer ministro, ya que ninguno de los dos pudo presentarse a las elecciones. Sin embargo, todavía tienen la opción de presentarse a las legislativas parciales en las circunscripciones ganadas el lunes por sus candidatos.
Si bien la ex oposición parece haberse puesto de acuerdo para gobernar, en cambio no ha llegado a una decisión respecto a la suerte del presidente, en el poder después de un golpe de Estado militar, hace más de ocho años, y releecto por cinco años por el Parlamento saliente.
Zardari no se opone a una cohabitación con Musharraf si el mandatario se encuentra privado de una parte de sus poderes de bloqueo. Sharif, en cambio, que fuera derrocado el 12 de octubre de 1999 por el golpe de Estado del general Musharraf e inmediatamente enviado a la cárcel de por vida, antes de exiliarse, exige la partida del hombre que considera "un dictador".
El partido que apoyaba a Musharraf fue derrotado en las legislativas, pero el mandatario aseguró que por ahora no tenía intenciones de dimitir, abogando por una "coalición armoniosa".
En realidad, el presidente convirtió anticipadamente la cuestión de su partida en un casus belli, ya que tiene el poder de disolver al Parlamento y destituir al gobierno. Musharraf podría tratar de explotar el odio que existe entre los movimientos de dos ex primeros ministros enemigos de los años '90, Benazir Bhutto y Nawaz Sharif.
Cuando Sharif estaba en el poder, su gobierno envió a Zardari a la cárcel por corrupción dos veces, por un total de once años.
Por otra parte, los norteamericanos desconfían de Sharif a causa de la simpatía que manifestó en el pasado hacia los fundamentalistas. Estados Unidos insiste desde el lunes que espera que Musharraf --un aliado clave de Washington en su "guerra contra el terrorismo"-- siga siendo presidente.
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