Política

¿Cómo afectan los escándalos familiares a las monarquías europeas?

De momento se desconoce la respercusión del caso Urdangarin en la salud de la monarquía española.

Iñaki Urdangarin no ha sido el único miembro de una Casa Real en salpicar con sus negocios a una Corona. En Europa hay una suerte de tradición que recorre la geografía continental de arriba a abajo. Víctor Manuel de Saboya, heredero de la italiana, es uno de los más destacados. Pero, ¿cómo afectan los escándalos familiares a las monarquías europeas?

"Un rey congelado"

La pregunta no solo se ha planteado en la prensa nacional. El diario inglés The Telegraph ya se lo cuestionaba el pasado 13 de diciembre de 2011 en una información publicada, centrándose solo en España. "El mayor escándalo de un miembro de la familia del Rey Juan Carlos I", apostillaba el noticiero. Por estas fechas, la prensa internacional, entre ellos New York Times y The Guardian se hacían eco de tales andanzas.

Con el escándalo Urdangarin suspendido en el aire, y antes de que se sucedieran las numerosas exclusivas donde día sí día también se desgrana el sumario, en octubre, el barómetro del CIS reflejaba un descenso en el grado de confianza de los españoles hacia la monarquía. Era el primer suspenso desde el año 1994.

Las familias europeas

El caso español no es el único que ha saltado a los medios y cuyo tema de conversación está en la calle. Hay que recordar los desmanes de Víctor Manuel de Saboya. El hijo del último Rey de Italia acabó entre rejas por casos de prostitución, contactos con la mafia.

En Bélgica, el sobrino del rey Balduino sacaba los colores a una corte tranquila. Lorenzo, hijo del actual rey Alberto desvió dos millones de euros para la construcción de una vivienda.

Holanda también ha sido objeto informativo. El precursor fue el marido de la reina Juliana, para más señas, exoficial de la SS y padre de la actual reina. Aristócrata alemán, el príncipe Bernardo cobró comisiones ilegales entre el Gobierno y una empresa aeronáutica. Por ello cobró un millón de euros. Una vida plagada de luces y sombras que en su haber positivo tiene la fundación del Club Bilderberg. Años más tarde, quien no se escapa de la controversia es su nieto Guillermo y su esposa Máxima de Zorreguieta. La venta de una lujosa casa en Mozambique a un dudoso empresario les coloca en una situación comprometedora.

Algo más arriba, en Noruega, los hijos del rey Harald no se escapan de la polémica. El varón, por su boda con una plebeya como Mette Marit rodeada de toda una liturgia relacionada con las drogas. La hija del monarca noruego, por su boda con un escritor de poca monta inmerso en un catálogo apologético de homosexualidad y drogas.

Los vecinos suecos tampoco se libran de esta maldición. El rey Gustavo tuvo que pedir perdón por acudir a un club de alterne. Y a su hija, la heredera se la ha relacionado con un caso de soborno junto a su flamante marido.

Los casos del príncipe Andrés de Inglaterra y su exesposa Sarah Fergushon, aunque más antiguos, han dejado mucha tinta impresa en los rotativos británicos. El hijo mediano de Isabel II de Inglaterra vendió inmuebles por encima de su precio. Su 'partenaire' aceptó dinero de un periodista. Los de Mónaco son un caso aparte.

Ante tanto desmán, The Telegrah recoge una reflexión: "El lunes, el Rey Juan Carlos se quedó congelado por las actividades oficiales de su yerno, un escándalo de corrupción que ha provocado una rara vergüenza para la monarquía". ¿Qué consecuencias han tenido los alborotos de otras cortes europeas?

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