
Ana Botella, concejal de Medio Ambiente y Movilidad, ha sido la interlocutora del Ayuntamiento con los organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud y ha interrumpido sus vacaciones por la visita del Papa.
"No hay nadie con esa capacidad de movilizar a la gente", asegura Botella del Papa. Con profundas convicciones católicas, la mujer de José María Aznar cree que la JMJ aportará "entre 150 y 250 millones de euros en gastos que harán los peregrinos" más una gran campaña de publicidad de la ciudad.
En una entrevista concedida al diario El País, Botella defiende la organización de la Jornada Mundial de la Juventud y los cortes de tráfico llevados a cabo. "Estamos en agosto y es más fácil", asegura la popular tras llevar a cabo cortes en todo el centro de la ciudad. "Puede que no tantos días seguidos, pero en Madrid se corta el tráfico en miles de ocasiones: por partidos de fútbol, por el día de la bici, por las manifestaciones, por el desfile de las Fuerzas Armadas...La ciudad está muy acostumbrada".
Tras reconocer que el Ayuntamiento de Madrid no puso ninguna pega a nada de lo pedido por los organizadores de la JMJ, ha asegurado que a la ciudad la visita del Papa no le cuesta "Nada", aunque reconoce que se prestan "medios materiales, como en otros eventos: vallas, sillas...". Sin embargo, la concejala cree que al representar la Iglesia a muchos españoles, "parece lógico que se tenga un trato con ellos...", aunque luego se retractó asegurando que dicho trato "de favor no es".
Preguntada por las rebajas económicas a los peregrinos, concretamente en el billete de metro, asegura que es "como se hace en miles de acontecimientos en el mundo con la gente joven" y que "no tiene nada que ver" con bajar el precio para los parados ya que la JMJ es un "acontecimiento con un líder espiritual y, por otro lado, turístico..."
Ana Botella justifica las medidas del Ayuntamiento en que "lo dice la Constitución". "El Estado es aconfesional pero tiene la obligación de facilitar a las diferentes creencias su práctica". Ante esto, asegura que "sin duda" se tomarían las mismas medidas para un evento organizado por musulmanes y que, de hecho "cuando están en un hospital o una cárcel, se les facilita su dieta conforme a su religión", lo que supone "facilitar la práctica de las creencias".
Ana Botella cree que durante el Orgullo Gay se pusieron restricciones "por el ruido" pero se llevó a cabo "un esfuerzo de limpieza y seguridad incalculable. Se hizo el mismo esfuerzo que ahora", asegura.
Sobre la marcha laica, Botella asegura no entender "que la hagan en el mismo trayecto" ya que cree que "todo lo que sea provocar la confrontación no tiene sentido" y asegura que "no se me ocurriría pedir una manifestación anti nada", aunque el PP ha participado en diversas de ellas convocadas para protestar contra leyes del Gobierno. "Eso es distinto", asegura la popular.
Botella vuelve a recurrir a la Constitución para justificar las lonas con textos cristianos en fachadas de organismos públicos al asegurar que "en un Estado aconfesional sí caben, no cabrían en un Estado laico". Por ello, ante la posibilidad de que los 'indignados' le pidieran colgar una pancarta con sus eslóganes asegura que "bueno, sí" lo consideraría. "Pero es que la JMJ está calificada como evento de interés público", añade.
"El Papa tendrá la misma libertad de expresión que pueda tener el indignado de Sol que ha tenido a los comerciantes perdiendo dinero durante meses", ha confiado Botella y, ante la posibilidad de que haya una crítica del Papa a las leyes españolas que él considere anticatólicas asegura que "hablará de lo que le parezca conveniente".