Poco días después de conceder a Pedro J. una entrevista hagiográfica, Bono ha anunciado hoy en Salobre, su pueblo, que no va a presentarse a las elecciones generales del 20-N, es decir, que no quiere ser diputado de a pie en una legislatura en la que, previsiblemente, el PP gobernará con mayoría absoluta.
Ha dicho que en la política hay frutos que él ya ha degustado, y que ahora les toca otros paladear las mieles? No parece sin embargo que esta salida tenga ingredientes filantrópicos: más bien habría que pensar que desiste de acompañar a sus conmilitones en una campaña electoral muy dura y con escasas expectativas.
Cancelación de la generación felipista
La designación de Rubalcaba por decantación natural en las filas del PSOE después de la acertada decisión de Zapatero de no pujar por su propia continuidad representaba de hecho la cancelación de la generación felipista, de la que Bono también forma parte. En efecto, puede entenderse que en una coyuntura tan difícil para los socialistas como la actual, el partido recurra al peso pesado más sólido para que intente salvar los muebles.
Sin embargo, es claro que el futuro pertenece a las generaciones posteriores. Incluso en el caso poco probable de que ganase Rubalcaba, la mayoría de su equipo de gobierno debería pertenecer a la generación de Carme Chacón.
Es probable que en el anuncio de Bono haya diversos ingredientes: celos, envidia, irritación? Después de todo, él también era un peso pesado susceptible en hipótesis de ser elegido. Sin embargo, es claro que no lo reconocerá jamás. E incluso es probable que haga campaña pro Rubalcaba para que no parezca que existe desapego hacia el personaje. Todo ello al margen de que exista, efectivamente, una distancia relevante entre ambos en lo ideológico y en lo moral: Rubalcaba es laicista militante, jacobino, socialdemócrata? Y Bono se decanta por sus vetas clericales.
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Bono anuncia que quiere irse