El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha asegurado este jueves durante la primera rueda de prensa de Junta de Gobierno de la legislatura que los insultos que recibió hace unas semanas, cuando un grupo de jóvenes protagonizó una cacerolada frente a su casa, fueron "los más machistas" que hay, y ha desvinculado así la protesta del colectivo LGTB.
"Algunos de los insultos que recibí aquella noche podrían estar formulados por cualquier persona menos por alguien con la sensibilidad y reivindicaciones históricas del colectivo, porque fueron los insultos más machistas y que más deploran precisamente los gays y lesbianas en su petición de cambios de hábitos de la sociedad española", ha afirmado el primer edil.
La autoría de la pitada
Por ello, ha considerado "injusto" asumir que la protesta fue responsabilidad del colectivo LGTB, y ha insistido en que se trató de "una acción absolutamente ajena y disparatada a las reivindicaciones" de los gays, al margen de que su Gobierno no siempre esté de acuerdo con ellas.
Y es que la cacerolada se produjo al día siguiente de darse a conocer la decisión municipal de no autorizar un límite extraordinario de ruido en la plaza de Chueca durante las fiestas del Orgullo gay.
Con respecto a la investigación abierta por la delegada del Gobierno en Madrid, Dolores Carrión, con respecto a este suceso, Gallardón ha afirmado haber recibido "noticias" aunque ha eludido dar detalles por estar el caso en manos de la Delegación, a la que ha "agradecido" que esté manteniendo a su familia "absolutamente informada" de los avances.
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