Política

La asociación Cuba Democracia ¡Ya! no cree que haya signos de cambio en la isla y critica a la Iglesia

Madrid, 15 jul (EFE).- El presidente de "Cuba Democracia ¡Ya!", Rigoberto Carceller, dijo hoy que las excarcelaciones de los presos políticos no son muestra de cambio en Cuba y criticó el papel de la Iglesia al querer atribuirse el protagonismo de estas liberaciones.

Carceller hizo estas declaraciones a Efe coincidiendo con las realizadas por los disidentes cubanos que llegaron esta semana a España, al afirmar que con estos actos no existen "verdaderos intereses por el respeto a los derechos humanos y a la democracia".

"El argumento que exponemos de que esto no son señales o esperanzas de un futuro mejor para Cuba es porque estamos asistiendo desde abril de 1962 a un goteo de liberaciones que se interpretan como huidas a la situación real que viven los presos en la Isla", dijo Carceller.

El presidente de la organización anticastrista explicó que la liberación de los 75 presos políticos por la "dictadura" de Raúl Castro recae más en un desgaste del mismo régimen ante "la opinión pública".

"Están intentando recuperar la confianza, pero cuando los gobiernos demócratas y la ciudadanía dicen 'basta' estos regímenes tienen que dar señales porque pierden el poder. Es lo que único que anhelan el poder", aseguró.

Carceller subrayó que los mecanismos de presión que se han realizado para liberar a los presos políticos "inocentes" como la huelga de hambre de Orlando Zapata o las movilizaciones de las Damas de Blanco cada domingo han permitido que el mundo conozca la dureza del régimen con sus ciudadanos.

"La realidad cotidiana que vive cada preso es muy dura. Juegan contigo psicológicamente, con tu familia, con tus ideas. Allí en la prisión hay que sobrevivir a una serie de situaciones que te enferman", comentó.

Situación que seis de los disidentes excarcelados, todos ellos periodistas, denunciaron en una rueda de prensa celebrada hoy en la Asociación de la Prensa de Madrid (APM).

Según ellos, "casi la totalidad de los prisioneros sufre pésimas condiciones en las cárceles" de la isla.

Carceller también insistió en que el papel de la Iglesia en las liberaciones "se ha extralimitado en un protagonismo que no le corresponde".

"A la Iglesia se le ha prohibido hacer política; siempre ha estado callada y ahora no puede salir a atribuirse este éxito cuando se lo debemos a la huelga de hambre que terminó con el fallecimiento de Zapata, la de Fariñas y todos aquellos que han luchado por los derechos humanos", aseveró.

Orlando Zapata Tamayo, un albañil de 42 años, fue encarcelado en 2003 y condenado a 36 años de prisión, falleció en un hospital de La Habana tras una huelga de hambre de 85 días para pedir tratamiento de "preso de conciencia".

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