
Paradores de Turismo ha editado el libro 'Leyendas de Paradores' que cuenta algunas de las historias relacionadas con sus 93 establecimientos, como la de la posible existencia de un fantasma en el Parador de Limpias, (Cantabria).
El presidente de Paradores de Turismo, Miguel Martínez, ha sido el encargado de presentar esta obra, con el objetivo de "contribuir a la historia española, a través de las anécdotas y leyendas más populares" relacionadas con los edificios que albergan la red.
El autor de la publicación, José Felipe Alonso, ha sido el encargado, a través de más de 300 páginas, de desglosar las anécdotas más destacadas y emblemáticas que esconde cada Parador. Y es que, según se cuenta en la reseña de la obra, en las piedras de cada uno de los 93 Paradores de Turismo de España duerme una leyenda de duendes, santos milagreros, caimanes y dragones "que pondrían a prueba el valor de San Jorge, y hasta sirenas que cantan en la noche a un amor perdido entre las aguas".
Por toda la geografía española
Felipe Alonso ha investigado por toda la geografía española, desde el Finisterre, que marca el fin del antiguo mundo conocido, hasta las laderas de los volcanes canarios, desde el Parador de Benicarló que Azaña convirtió en escenario literario hasta el de León, por cuyos pasillos aún se percibe en las noches de luna llena la sombra de Quevedo.
A través de este libro, los clientes de Paradores podrán conocer detalles de cómo se vivía en el Palacio-Castillo de Olite en el siglo XV, los nobles que frecuentaban la Reserva de Fuentes Carrionas y el Parador de Cervera de Pisuerga o por dónde paseaban los invitados especiales del castillo de Sigüenza en el siglo XII. CANTABRIA
Los paradores ubicados en Cantabria también tienen su historia. Así del Parador Río Deva (Fuente Dé) se dice que "encerrado por la pared que forman las altas montañas de los Picos de Europa", es el lugar idóneo para imaginar la existencia del ojancano, "ese personaje mítico, maligno, semejante a un cíclope cubierto de vello rojizo con una prominente barba, que habita en los montes cántabros".
También se dedican sendos capítulos al Parador Gil Blas y al Parador de Santillana o anexo del primero, en la localidad del mismo nombre, y se cuenta que "hay un pequeño personaje muy burlón", el Trenti, un duendecillo de los bosques que pasa desapercibido escondido entre la vegetación. "Cuenta la leyenda que había por las proximidades de Santillana uno de estos duendecillos que se dedicaba a tirar de las faldas a las muchachas que iban a por agua a una fuente", señala el autor del libro, consultado por Europa Press.
En cuanto al Parador Palacio Ducal de Eguilior, situado en Limpias, comienza su capítulo con la pregunta ¿Otro parador con fantasmas?, cuestión a la que el autor responde que hay quien dice que sí, y que a veces se pueden ver sombras que recorren sus amplios jardines, o incluso en los pasillos.