Paradores

Publirreportaje: Historia y Cocina en Paradores

Este 2010 será posible viajar en el tiempo a través de los fogones de los 93 Paradores de Turismo que hay en España. La próxima semana, la cadena pública hotelera pone en la mesa de sus restaurantes una propuesta gastronómica novedosa que mezcla cocina e historia.

El objetivo de Paradores es ofrecer a sus clientes un recorrido por la historia gastronómica de cada región española mediante una iniciativa bautizada con el nombre de El Arte Breve de la Cocina.

La cita será el próximo martes 23 y, para celebrar el nacimiento de esta iniciativa, los paradores ofrecerán una degustación gratuita de los distintos menús a todas las personas que acudan ese día a uno de estos establecimientos hoteleros entre las 12:30 y las 14:00 horas.

La presentación irá acompañada de un breve espectáculo que recordará a los asistentes la tradición histórica de cada menú. De esta manera, el gratinado de quesos, la fabada y la merluza de la costa asturiana se amenizarán en el Parador de Cangas de Onís con la actuación de la Banda de Gaiteros de la localidad.

En algunos paradores andaluces se podrá ver a moriscos y cristianos recibiendo a los invitados. En Castilla volverán a cabalgar los caballeros, mientras los juglares se dedicarán a amenizar la degustación.

El menú degustación estará disponible en los restaurantes de los 93 Paradores hasta finales de 2010. Esta fusión de historia y gastronomía se pondrá sobre la mesa a un precio muy asequible: todos los menús tienen un precio que oscila entre los 27 y los 29,50 euros (impuestos incluidos).

Platos emblemáticos

Para la composición de cada menú se ha tenido en cuenta la historia de los edificios en que se ubican los paradores (castillos, pazos, monasterios, etcétera), los platos más emblemáticos de cada zona (la huerta, la caza o la pesca), los hechos o personajes históricos cuya influencia se ha dejado sentir en la cocina, así como la investigación y la autenticidad de los productos autóctonos de cada lugar.

De esta manera se han elaborado menús con un sentido histórico, como La mesa señorial de los Pimentel, del Parador de Benavente. Se trata de un recorrido por la historia de la ciudad zamorana expresada en breves bocados para saborear la cultura y tradición de sus productos.

Otro ejemplo es el menú del Parador de Santillana: la mesa pasiega o el reino gastronómico de León; la mesa en el Siglo de Oro, de la hostería del Estudiante de Alcalá de Henares; el legado gastronómico de Ziryab, del Parador de Córdoba o el reino Nazarí culinario, del de Granada.

Historia regional

La red de paradores pretende, de esta manera, guiar a sus clientes por la historia de cada región y hacerles partícipes de la misma a golpe de exquisitos bocados. Otros ejemplos sig- nificativos son la gastronomía del siglo II a. C., en Zamora; a táboa do Xubileo, en Santiago de Compostela; la gastronomía del Torcal, en Antequera; la cuina de la Sal, del Parador de Cardona en Barcelona o la rica despensa de las Indias, en el Parador de Cruz de Tejeda, en Gran Canaria.

Equilibrio culinario

Cada una de las 93 propuestas se compone de tres bocados que combinan tanto los productos locales que confieren la identidad culinaria de cada zona. Este es el caso de la ecococina, arraigada en Paradores desde sus orígenes y entendida como el equilibrio entre la cocina y la conservación del entorno.

La degustación del menú tiene como entrante un entremés tradicional a base de verduras, conservas, quesos o embutidos como protagonistas. Así, por ejemplo, los comensales podrán comer en Ferrol chicharrón y chipirones; en Mérida, criadillas de tierra y queso cremoso; en el Parador de la Gomera las papas arrugás y el mojo rojo; o en el de Mojácar, el tomate y la mojama.

La parte fuerte del menú, denominado plato con historia , se compone de alimentos contundentes y tradicionales, que se realizan en base a la investigación de una receta de antaño y que se identifica con la cocina que da nombre al menú.

Una de estas propuestas es el guiso de los leñadores que se sirve en el Parador de Soria. El plato está compuesto por ajo carretero de cordero con piñones y hongos.

En Aiguablava (Girona) la propuesta se trata de un suquet de pescado de la Costa Brava, que responde al nombre Dels pescadors en mar i en terra.

Más al interior, en Argómaniz, se servirá la comida de los pastos tradicionales de los Larrea, con rabo de toro con patatas y gratinado de queso Idiazábal.

Pero si los platos principales son suculentos, no le irán, ni mucho menos, a la zaga los postres, ya que la degustación se cierra con los mejores colofones gastronómicos posibles, una vez más más, con claras referencias a la tradición de cada región como las polkas de Torrelavega, en Santillana de Mar; el pan de maíz, de Mazagón; el requesón con miel de Cardona o los dulces de leche de Olite.

Centenarios

La historia de la red de Paradores arranca en 1910 cuando el Gobierno encarga al Marqués de la Vega Inclán crear una estructura hotelera para hospedar a excursionistas y mejorar la imagen internacional de España. Pero no fue hasta 1926 cuando De la Vega Inclán impulsó un alojamiento en la sierra de Gredos, abriendo al turismo el lugar y constituyéndose en el primer Parador.

La idea entusiasmó al rey Alfonso XIII, debido a lo cual, inaugurado este primer establecimiento, se constituye la Junta de Paradores y Hosterías del Reino para perfeccionar la idea original y servirse de escogidos monumentos histórico artísticos y parajes naturales para instalar nuevos Paradores.

Con el paso de los años fueron extendiéndose por todo el territorio nacional. Fue una época también marcada por el desarrollo de infraestructuras tales como carreteras, ferrocarriles, aeropuertos, puertos...

Durante la Guerra Civil, parte de dichas infraestructuras resultaron dañadas o usadas como hospitales, pero, una vez terminada la contienda, se afianzó la idea y se dio un nuevo impulso con la restauración y reapertura de los paradores existentes.

En 1991 se constituye Paradores de Turismo de España. Durante la última década, Paradores ha sabido conjugar tradición con vanguardia y desarrollar nuevas políticas estratégicas, apostando por una fuerte inversión en la renovación de la Red, y teniendo la calidad como principal premisa.

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