País Vasco

Del acero de Sidenor al 'humo' de Ticketbis: esto es Euskadi, no Silicon Valley

  • "Ser un emprendedor es un deporte de algo riesgo, aquí más que en EEUU"
  • "En España se penaliza el fracaso, pero también se digiere mal el éxito"
Ander Michelena y Jon Uriarte, de Ticketbis; con Scott Cutler, de StubHub (en el centro). Imagen de Rafa Albarran

En las últimas semanas se han producido dos importantes operaciones empresariales en el País Vasco, que han dejado diferentes sabores. Lo que más me producen es perplejidad por las circunstancias y, sobre todo, por las diferentes reacciones que han rodeado a ambas operaciones. Más noticias en la revista gratuita elEconomista País Vasco

Casi de forma simultánea se conoció la compra de Gerdau Europa, la antigua Sidenor -sólo las instalaciones españolas, desgajadas ya las antiguas filiales brasileñas- por parte de su equipo directivo por 155 millones de euros y después la venta de la startup Ticketbis por una cantidad similar -165 millones de dólares-, sin que la cifra haya sido formalmente confirmada.

No han sido pocos los lugares en los que he oído criticar el pelotazo de la startup de Internet, sustentada en un negocio alegal de reventa de entradas, poco más que humo, frente a una acería de las de toda la vida, una industria sólida, en la que trabajan más de 2.000 personas. De acero sabemos, es tangible, industria en su más puro estilo, mientras que la otra empresa, Ticketbis, nos sitúa en esa nueva revolución punto.com, esas tecnologías que desconocemos, que nos desconciertan y las vemos como cosas de jóvenes, de pequeñas startups, de emprendedores y no de empresarios.

Esto no es Silicon Valley

Está muy claro que esto es Euskadi, no Sillicon Valley. Nos pasamos el día devorando con avidez y admiración artículos y documentales sobre los casos de éxito de Google, Facebook, Twitter... para aprender a emular la disrupción de esa innovación que supieron hacer sus promotores, esos que comenzaron en garajes, que siguen vistiendo zapatillas y que tienen alergia a las corbatas. Esas empresas que admiramos tanto cuando surgen en EEUU, pero que cuando surgen aquí... Aquí se penaliza el fracaso emprendor, pero también se digiere muy mal el éxito, sobre todo si es grande.

Una semana después de la venta de Ticketbis, sus impulsores han pasado a ser especuladores, herederos de sagas familiares e incluso explotadores laborales con denuncias sindicales ante los tribunales. Ahora se olvida que tras esta venta hay visión, hay emprendedores, asunción de riesgo, siete años de trabajo, creación de 400 puestos de trabajo, innovación tecnológica, de mercado y una expansión internacional exponencial. Yo veo poco humo, pero sí paradojas de la nueva economía.

Igual de paradójico me parece que los directivos de Sidenor, en solitario, hayan comprado una gran compañía, recuperando para Euskadi la sede y centro de decisión, salvaguardando fábricas y 2.000 puestos de trabajo. Algunas felicitaciones, ninguna foto y como respaldo lo que figuran son bancos de inversión extranjeros.

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