
El presidente de ArcelorMittal en España, Gonzalo Urquijo, afirmó ayer que 'no existe ninguna vía que permita que la planta (de Zumarraga) pueda ser competitiva'. Esto implica que la compañía ejecutará su cierre en quince días (la próxima semana apagará el horno y la siguiente la unidad de laminación).
Aunque la multinacional habla de 'cese parcial', en la práctica se cierra por completo la fábrica de Zumarraga, ya que sólo mantendrá a ocho trabajadores del almacén de chatarra.
La plantilla total de la planta asciende a 342 trabajadores a los que ArcelorMittal ha determinado que ocho se quedan en el almacén de chatarra; 24 accederán a jubilaciones parciales; a otros 50 se les intentará recolocar en otras plantas del País Vasco y a los otros 260 les ofrece su recolocación en Asturias (en las fábricas de Gijón y Avilés)
Para argumentar la inviabilidad de la planta ArcelorMittal presentó un informe de Roland Berger y la memoria jurídica elaborada por Cuatrecasas.
Los sindicatos rechazan este cierre y convocan movilizaciones.