
El caso de posible fraude del coche Hiriko podría llevarnos a una equiparación con el famoso del "pequeño Nicolás", casi todo el mundo se hizo fotos el prototipo que se paseó además por varias ciudades europeas. El propio presidente la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, estuvo presente en su presentación en Bruselas y fue uno de los primeros en introducirse en aquel pequeño vehículo.
A pesar de que la promoción más intensa del proyecto de Hiriko se produjo en la legislatura de Zapatero, y desde la parte vasca su mayor respaldo procedió de la etapa de Juan José Ibarretxe como lehendakari, lo cierto es que algo teóricamente tan innovador y tan bien presentado, llevó a otras curiosas fotografías. En ellas se puede ver al actual ministro de Industria, José Manuel Soria, acompañado por el ex presidente del PP vasco, Alfonso Basagoiti, admirando el prototipo. También se fotografiaron con el mini coche eléctrico varios líderes del Gobierno de Patxi López.
Pero centrándonos un poco más en el fondo del asunto, lo que parece que se está evidenciando es que en los años locos del boom económico se relajaron las exigencias y controles en la concesión de ayudas públicas.
La gran cantidad de recursos públicos perdidos con Epsilon Euskadi y con Hiriko, tanto por el Gobierno vasco como por el Ministerio de Industria, hacen necesario que se aclare realmente lo sucedido.
En el mejor de los casos, dentro de la gravedad de la situación, ambos casos podría responder a un fallo generalizado de los mecanismos de control de ambos Ejecutivos en la concesión de subvenciones y control posterior del uso de esos fondos. Estaríamos ante un fraude.
Más grave seria si se aprecia que hubo desviación de fondos a favor de terceros, como pide investigar el fiscal de Vitoria en el caso de Hiriko.
Estos episodios empañan la imagen y la gestión de la Administración vasca, del Ministerio de Industria y por extensión del PNV y del PSOE.