
Con meses de retraso hoy se celebra el Congreso de la Corporación que ya ha descartado avanzar hacia un holding.
'Vamos a ser capaces de demostrar a quienes han dudado de nuestro proyecto que estamos vivos y muy activos, con ganas de hacer cada día las cosas mejor. Y eso es posible'. Estas fueron las primeras palabras públicas del nuevo presidente de la Corporación Mondragón, Javier Sotil, que esta tarde será ratificado en el puesto por el Congreso de la Corporación.
Los diez meses de 'reflexión' que la Corporación se ha tomado para debatir sobre su modelo de futuro no ha arrojado la elaboración de un modelo definido, sino la apertura de un nuevo debate, en el que ha quedado desterrada la polémica sobre si deben avanzar hacia un modelo más centralizado de dirección corporativa, tipo holding o 'más Mondragón'. En este congreso las cosas se mantendrán como están.
En lo que se centrarán será en el papel que ha de jugar el conglomerado cooperativo cuando alguna de sus empresas entra en crisis para que no arrastre al resto.
La conclusión fundamental que se aprobará en el Congreso de hoy es que la Corporación no ayudará a sostener empresas en crisis, como se intentó para evitar la caída de Fagor Electrodomésticos. 'Impulsaremos una solidaridad más exigente, que transforme situaciones y no perpetúe problemáticas', manifestó Sotil.
Bajo la premisa de que cada cooperativa es soberana, tiene plena responsabilidad 'sobre sus decisiones y su situación', la solidaridad del conglomerado cooperativo para las que entren en crisis será, según Sotil, 'más exigente, que ayude a transformar verdaderamente las situaciones y evite su prolongación. Tenemos que aprender de nuestras experiencias, de las buenas y de las más dolorosas'.
La crisis de Fagor Electrodomésticos no ha sido la primera vivida en el seno de Mondragón, pero si la de la empresa más grande y antes de dejarla caer la Corporación le inyecto, a través de varios mecanismos, cerca de 300 millones de euros.
Ayudas a nuevos proyectos
En este contexto, parece que los fondos intercooperativos (parte de los beneficios de cada cooperativa que se destina a la corporación) se orientarán a respaldar nuevas actividades y proyectos empresariales que posibiliten captar nuevos mercados y no a sostener actividades deficitarias.
Una reclamación que desde algunos ámbitos se planteará al Congreso, según las fuentes consultadas, afectará a 'la gestión del gobierno corporativo', en demanda de una mayor transparencia y mayor efectividad en la gestión de dichos fondos intercooperativos.
El propio Javier Sotil ya reconoció públicamente al acceder al cargo que habrá que 'mejorar rigor y la exigencia en su aplicación' de estos mismos fondos.
Solidaridad a los trabajadores
Por lo tanto el nuevo concepto de 'solidaridad' de la Corporación se canalizará hacia los trabajadores de las cooperativas en crisis, hacia formación y su recolocación en otras cooperativas. Además, en los periodos que esos trabajadores no estén en activo se les abonan las prestaciones al empleo previstas a través de Lagun Aro.
Mondragón ha conseguido recolocar a más de 1.500 trabajadores de Fagor y se han subido las cotizaciones de empleo a Lagun Aro.
Un congreso que no cierra el debate
Tras el tsunami de Fagor y la dimisión del presidente Txema Guisasola en enero, Mondragón ha estado todo el año debatiendo sobre su futuro, pero el Congreso de hoy no cierra ese debate, se aprobará un documento, pero con sólo 'efectos declarativos', abriéndose otra fase de discusión hasta el siguiente congreso.
Protesta de ahorradores y trabajadores
Una estampa muy dura se verá hoy en el exterior del palacio del Kursaal de San Sebastián, donde se celebrará el congreso de Corporación Mondragón. Cientos de trabajadores y ahorradores arruinados por las aportaciones voluntarias de Fagor Electrodomésticos se concentrarán reclamando la solidaridad de la Corporación.
En octubre pasado la Comisión Permanente, máximo órgano ejecutivo de la Corporación, dejó claro que no tiene intención de asumir ninguna de las deudas de Fagor Electrodomésticos, que era soberana en sus decisiones, entre las que incluye las inversiones voluntarias que hicieron sus trabajadores a través de Préstamos la Cooperativa y Aportaciones Voluntarias. Para la Corporación su solidaridad con los trabajadores de Fagor se prioriza en su recolocación laboral y abono de prestaciones sociales mientras se les encuentra empleo.
Sin embargo las plataformas de trabajadores Ordaindu y Eskuratu no conciben que el grupo cooperativo se desentienda del cerca del millar de trabajadores que han perdido los ahorros de toda una vida. Por ello leerán un comunicado en que reclamarán que no se les abandone.
A estos ahorros perdidos, habría que sumar las Aportaciones Financieras Subordinadas (AFS) que se vendieron al público, por valor de 185 millones.