
El Festival Internacional de Cine de San Sebastián el día 20 de septiembre apaga las luces y enciende los proyectores en el Palacio del Kursaal en un año en que al igual que el resto del mundo la cultura ha visto descender sustancialmente las subvenciones públicas. De ahí que su director José Luis Rebordinos ha desarollado durante todo el año una intensa campaña para captar nuevos patrocinios y demostrar que un festival no es sólo una importante cita cultural, sino también un lugar donde la industria del audiovisual puede hacer negocios e intercambiar experiencias.
En esta coyuntura económica para tener el glamour sobre la alfombra roja el Festival ha tenido que hacer muchas operaciones para cuadrar sus números. En la pasada edición, la de 2012, el presupuesto total ascendió a 7,4 millones de euros, cifra muy inferior a los recursos que se manejan en las citas de Berlín, Venecia o Cannes.
El objetivo económico para 2013 es cuadrar una cifra similar, pero teniendo en cuenta que hasta ahora el 56 por ciento de los ingresos proceden de subvenciones públicas (Ministerio de Cultura, Diputación de Gipuzkoa, Ayuntamiento de San Sebastián y Gobierno vasco), que están a la baja. El esfuerzo por captar patrocinadores privados ha sido la prioridad. La cifra final obtenida aún no se ha desvelado.
En los últimos años paralela a la disminución de los fondos públicos el festival donostiarra ha logrado paliar la situación con el incrementar los ingresos privados, labor en la que José Luis Rebordinos ha jugado un papel muy destacado. Así entre 2011 y 2012 los ingresos por patrocinios privados crecieron un 9 por ciento y los ingresos generados por la propia actividad (venta de entradas, etc) lo hicieron en un 13 por ciento.
Estos son datos del Informe de Impacto Económico del Festival que sus promotores encargaron a la consultora Ikertalde para demostrar que la cultura no es sólo entretenimiento, sino también negocio e incluso industria.
Cine móvil y a todo gas
En la 61 edición los principales patrocinadores oficiales empresariales son el tradicional de TVE, Gas Natural y Movistar TV; seguidos de los colaboradores Kutxabank y Audi; más otra veintena de empresas que patrocinan diferentes secciones del festival.
La llegada del patrocinio de Gas Natural en 2012 supuso un balón de oxígeno muy importante para el certamen, lo que vino a contrarrestar en parte el descenso de subvenciones públicas.
La experiencia para la compañía energética fue mucho más que satisfactoria y días antes de que terminase la edición del pasado año ya anunció que en 2013 repetiría la experiencia, acuerdo que suscribió formalmente en junio pasado. Desde Gas Natural reconocieron que esta iniciativa de apoyo al mundo del cine había logrado aumentar un 60 por ciento su presencia de marca en el País Vasco.
El patrocinio de Movistar TV se consolidó hace escasos días, ya en septiembre, lo que ayudará a cuadrar las cuentas.
Prolongar el verano
Hay una característica de la cita cinematográfica donostiarra, durante los ocho días que dura, el público acude masivamente a las salas.
En la pasada edición las proyecciones de concurso y de las sesiones paralelas captaron la atención de 157.256 espectadores, la mayoría vascos, pero también procedentes de otras comunidades autónomas y países, especialmente de Francia por su proximidad fronteriza.
Para el sector turístico guipuzcoano, que tampoco este año está pasando por sus mejores momentos, puede decirse que su agosto se prolonga hasta casi el final de septiembre.
Sólo los hoteles registran en este mes relacionado con el festival más de 28.000 pernoctaciones, lo que deja un negocio de 3,2 millones. También sale muy bien parada la hostelería y los servicios, lo que se se traduce en 8,7 millones.
San Sebastián también debe gran parte de su tirón turístico al Festival, no en vano su actualidad cinematográfica y su glamour supusieron el pasado año 18.000 apariciones en más de 520 medios diferentes a nivel mundial. La traslación de estas informaciones a su equivalente en valor publicitario ronda la cifra de 67?7 millones de euros.