El grupo cooperativo Batz, integrado en la Corporación Mondragón, está inmerso en un ambicioso plan de crecimiento que viene sustentado por los favorables resultados que ha obtenido en los últimos años gracias a su constante innovación y amplia internacionalización. Así su Plan Estratégico 2016 contempla inversiones por valor de 56 millones, a una media de 14 millones en 4 años.
Parte de estos recursos tendrán por objeto la instalación de otra planta productiva en el exterior, que podría ubicarse en Asía, preferentemente en La India o en Rusia.
La presencia de Batz en el exterior no es nueva, la cooperativa ya tiene nueve fábricas en otros países. El director general de Bigen Aranzabal, destaca que 'el proceso de internacionalización ha sido clave' para mantener la planta de Igorre (Bizkaia), cuna de la cooperativa, y aumentar el empleo en la misma, al igual que en el resto de las plantas vascas.
Crecimiento sostenido
La proyección de Batz en los últimos años es espectacular. En el año 2001 apenas facturaban 60 millones y su equipo estaba formado por 600 personas. Para el año 2005 las ventas se había duplicado y su plantilla rondaba las 740 personas.
Para Batz el ejercicio 2012 ha sido bueno, ya que ha logrado crecer en facturación hasta los 220 millones y su equipo había crecido hasta las 1.430 personas. Gran parte de este crecimiento se basa en el sector exterior, ya que más del 80 por ciento de su producción va a la exportación.
Igualmente parecen buenas las previsiones para 2013, sustentadas en la evolución de su cartera de pedidos, ya que confían alcanzar un volumen de negocio de 230 millones y los 1.500 trabajadores.
No menos ambicioso es su Plan Estratégico 2016 en que gracias a su estrategia de multilocalización para seguir a los clientes allá donde les necesiten y el aumento de las nuevas actividades de diversificación que han puesto en marcha buscan elevar su facturación en 300 millones, lo que irá también acompañado de contrataciones, ya que estiman que su plantilla crecerá hasta los 1.750 trabajadores.
Transformación constante
La cooperativa Batz nació en 1962 de la mano de 18 jóvenes que pusieron en marcha un pequeño taller industrial, por lo que ahora conmemora su 50 aniversario.
Su primera especialización e produjo en la década de los 70 en que se centró en troquelería para electrodomésticos de linea blanca y tornillería.
Fue en 1982 cuando decidió apostar más intensamente por la tecnología y se introdujo en el mercado de troqueles para el sector de automoción. Así se creó Batz Sistemas en que uno de sus primeros contratos fue ara Opel en Zaragoza. En estos momentos la práctica totalidad de los fabricantes de vehículos están en su cartera de clientes.
Otra fecha relevante para Batz es el año 2000 en que la cooperativa asume que sus clientes son globales y que ella también tiene que globalizarse e internacionalizarse. De esta forma comienza su estrategia de implantaciones exteriores.
La diversificación más reciente data de 2005 en que decide aprovechar sus conocimientos y tecnologías para aplicarlas al sector de las energías renovables. Así Batz tiene ya entre sus clientes a Sener, Torresol Energy, ACS, Cobra, etc.
Contratos por 126 millones
Batz tiene viva una cartera de pedidos muy importante, entre los que destacan contratos por valor de 126 millones.
Así para General Motors será el suministrador mundial, por 77 millones, del módulo de pedales y palanca de cambios para varios modelos de Opel. Para Volkswagen ha captado los elevadores de alta gama vehículos de Audi y Porche por 19 millones. Además suministrará a utillajes para estampación para Jaguar, BMW y Volvo, por otros 30 millones. Para estos pedidos trabajará la planta de Batz de Igorre y también otras exteriores.