Si bien es normal hablar de estrategias empresariales, no lo es tanto de estrategias territoriales. Esto puede resultar extraño dado que la competitividad se construye principalmente desde los territorios puesto que las personas, empresas y otras instituciones precisan del entorno adecuado para prosperar, y son ellas mismas quienes deben crear ese entorno.
Pero ¿qué convierte a una región o ciudad en exitosa? La clave está en aprovechar la creatividad y energía de las personas y empresas de dicho territorio para la consecución de objetivos comunes. Para esto se necesita una estrategia coherente y envolvente mediante la cual las políticas gubernamentales puedan alinearse de manera flexible.
Tal y como sucede con la estrategia corporativa, la principal cuestión al construir una estrategia territorial es definir el tipo de actividades que debe incluir, tanto en la actualidad como en el futuro. En este contexto, las diferentes experiencias en diversas zonas del mundo muestran que la estrategia territorial debería partir de las fortalezas que presenta ese territorio; y que es importante no centrar demasiado la especialización en una única actividad ya que ello dejaría a nuestra región vulnerable frente a los cambios en la demanda global, gestión de precios o tecnologías.
Todo ello arroja una serie de dudas sobre las estrategias territoriales que se basan por ejemplo Eurovegas o Barcelonaworld. Si se apuesta por la inversión externa en nuevas actividades que no guardan relación con las ya existentes en la economía será más difícil de vincular con una estrategia territorial sostenible a largo plazo.
De hecho, normalmente las estrategias regionales de éxito se basan en una 'diversificación inteligente' que busca y genera sinergias que fortalecen el tejido productivo de la región, haciéndolo más fuerte, innovador y flexible a los cambios.
Para conseguir todo esto, resulta fundamental desarrollar un proceso inclusivo que construya nexos de unión entre los diferentes stakeholders. Este proceso debería favorecer el continuo intercambio de ideas y puntos de vista sobre la forma que adoptará la economía en un futuro, para asegurar que la región se encuentre siempre un paso por delante.
James Wilson, investigador de Orkestra
