
El grupo vizcaíno Navacel (Construcciones Navales, Celulosas y Siderúrgicas SA), de origen familiar, se encuentra en fase de expansión gracias a que en los últimos años ha realizado importantes inversiones que le han permitido posicionarse sólidamente en el sector de la energía como suministrador de grandes bienes de equipo para plataformas petrolíferas, de gas o energía eólica marina.
El grupo vizcaíno Navacel (Construcciones Navales, Celulosas y Siderúrgicas SA), de origen familiar, se encuentra en fase de expansión gracias a que en los últimos años ha realizado importantes inversiones que le han permitido posicionarse sólidamente en el sector de la energía como suministrador de grandes bienes de equipo para plataformas petrolíferas, de gas o energía eólica marina.
Este grupo que cuenta con instalaciones en Trápaga y Erandio, en Vizcaya; y en Alegría-Dulantzi en Álava, da empleo directo a más de 160 personas, además de a cerca de medio centenar de trabajadores de subcontratas cuando manejan pedidos de relevancia. Actualmente Navacel tiene un volumen de negocio de unos 25 millones de euros, que espera aumentar un 40 por ciento en los próximos cuatro años, hasta alcanzar los 35 millones.
A pesar de que se trata de una empresa de una limitada dimensión, se encuentra entre las compañías vascas las que Iberdrola les está planteando que sean suministradoras en los proyectos de energía eólica que va a poner en marcha en el Reino Unido.
Para este tipo de proyectos Navacel cuenta con tecnología y experiencia en cimentaciones de torres eólicas, tanto para tierra como para entornos marinos. La idea de Navacel, según su directora financiera, Virginia Celorio, es lograr ser suministradora Iberdrola en sus proyectos eólicos offshore internacionales con equipos fabricados desde las instalaciones vascas.
Empresa familiar en evolución
Los orígenes de Navacel se remontan a 1964, en que se constituyó CNC mecanizados en uno de los barrios periféricos de Bilbao, para después trasladarse al municipio de Galdakao y después al de Trápaga. Ahora cuenta con otras dos plantas (en Erandio-Vizcaya y Alegría-Dulantzi-Álava). Su actividad inicial fueron los mecanizados y mantenimientos siderúrgicos, para después diversificar hacia el sector naval y ahora focalizarse hacia el sector energético relacionado con el mundo offshore (petróleo, gas; etc) y energías renovables.
Recientemente Navacel ha empezado el proceso de relevo generacional, en que el timón pasa a ser recogido por Emilio Celorio, en la dirección general y Virginia Celorio en la dirección financiera.
Una inversión de 25 millones
La última gran apuesta de Navacel ha sido la planta de Erandio (Vizcaya) en la que ha invertido 26 millones, una cifra muy relevante para una empresa de su tamaño. Su fin era disponer de unas instalaciones que permitiesen producir y manipular piezas de grandes dimensiones y con una salida directa al mar, factor fundamental para mover piezas de esos tamaños.
Así se ha instalado en Erandio, en la ría del Nervión, justo en frente del astillero La Naval. Este proyecto ha contado con el respaldo del Gobierno vasco, que a través del Programa Proyectos Estratégicos, le concedió una subvención de 1,74 millones.
Virginia Celorio, directora financiera, explica a elEconomista que la transformación productiva de Navacel es 'el resultado de anticiparse al mercado, ver cuáles eran los sectores en crecimiento, para diversificar su cartera de productos y servicios. La energía ha compensado la caída del sector naval'.
Nueva alianza empresarial entre líderes
Navacel ha participado, junto con Ingeteam, Vicinay, La Naval y Astilleros Murueta en la creación de la plataforma BEOG (Basque Eolic Offshore Group) para ofertar servicios completos a los proyectos eólicos marinos internacionales. Esta plataforma cuenta además con el apoyo de otras 39 empresas industriales vascas.
Grandes anclas para gas en Israel
Navacel abrió las puertas de su nuevas instalaciones de Erandio (Vizcaya) para mostrar la impresionante operación logística que va a suponer el traslado de ocho grandes anclas de succión destinadas para una planta de gas en Israel.
Este pedido inició su singladura en enero de 2012 y su destino es una planta de regasificación marina, anclada a 10 kilómetros de la costa de Israel, que suministrará gas a la terminal de Gas Hadera (al norte de Telaviv).
Seis de las anclas tienen 20 metros de longitud, con 9,5 metros de diámetro; mientras que las otras dos son de 14 metros.
Estas anclas de succión (que como su propio nombre indica se agarran al fondo marino por succión, sujetarán, con ayuda de un entramado de cadenas, fabricadas por la firma vasca Vicinay, una gran boya que ayudará a la extracción de gas, que después será regasificado en busques gaseros.
Para hacer frente a este pedido Navacel incrementó su plantilla un 16 por ciento durante cinco meses, además de generar trabajo para otras 40 personas entre sus subcontratas. La disponibilidad de la nueva planta de Erandio, con grandes naves y muelle propio, ha sido determinante para poder hacer frente al pedido.
Para la logística del trasvase de las grandes anclas Navacel necesitará casi una semana, dada la dimensión de las anclas. Se colocarán sobre una barcaza espacial, que no lleva propulsión, y que será remolcada por el mar mediante remolcadores de altura.
La primera parte del trayecto, que se prolongará durante 28 días, cubrirá la distancia entre el Puerto de Bilbao y Chipre, para después seguir hasta su destino final.