Guipúzcoa y Álava ya tienen Impuesto sobre Patrimonio

Lo que realmente se consolida en el Euskadi es la desarmonización fiscal interna, como queda en evidencia en el propio Impuesto sobre Patrimonio que no es igual en todos los territorios y además se aplican otras reformas impositivas en otras figuras.

Los territorios de Guipúzcoa y Álava ya tienen Impuesto sobre Patrimonio después de que en los últimos días la recuperación del impuesto haya sido ratificada por sus respectivas Juntas Generales (parlamentos provinciales), mientras que en Vizcaya el asunto se encuentra en su última fase de tramitación.

En el caso de Guipúzcoa la reforma fiscal salió adelante con los votos de Bildu, PSE y Aralar, la abstención del PNV y el voto en contra del PP. En Álava la recuperación del impuesto fue avalada el jueves por PP y PNV, regulación que también avalan en Vizcaya.

En virtud de estas reformas en Vizcaya y Álava deberán tributar por Patrimonio aquellos contribuyentes con bienes por encima de los 800.000 euros, aunque con una exención de 400.000 euros por vivienda habitual.

En el aso de Guipúzcoa deberán tributar por este impuesto los ciudadanos con un patrimonio superior a los 600.000 euros y un mínimo exento por vivienda habitual de 300.000 euros.

De esta forma las Haciendas vacas se suman a la recuperación de este impuesto después de que el anterior gobierno Socialista decidiera restaurarlo. Sin embargo, esta medida no ha estado exenta de polémica, ya que inicialmente el PP se oponía a la misma y el PNV tenía muchas reticencias de aplicarla si no hacía lo mismo el Gobierno de la Comunidad de Madrid.

Pero las presiones que ejerció Bildu que gobierna la Diputación guipuzcoana anunciando que ella lo recuperaría ejerciendo su autonomía fiscal, así como los rumores que hubo sobre que Madrid igual optaba por la misma vía, hicieron que el PP cambiase de opinión y llegase a un acuerdo con el PNV para sacarlo adelante en las Diputaciones de Vizcaya y Álava.

Desarmonización fiscal

Lo que realmente se consolida en el Euskadi es la desarmonización fiscal interna, como queda en evidencia en el propio Impuesto sobre Patrimonio que no es igual en todos los territorios.

Esta desarmonización ya se produjo en 2009 cuando Guipúzcoa mantuvo el impuesto ese año a pesar de que se había eliminado en Vizcaya y Álava, al igual que en el resto de España. Ahora la desarminonización se extiende también al IRPF que en Guipúzcoa se incrementa para las rentas más altas.

Las disparidades fiscales en el País Vasco surgen a raíz de la llegada de Bildu al gobierno de Guipúzcoa. La coalición radical, con el apoyo del Partido Socialista, ha aprobado otra serie de reformas fiscales que elevan la tributación del IRPF para las rentas más altas, al tiempo que incluyen una tributación más gravosa para las rentas de capital y el ahorro de pensiones. Álava y Vizcaya optan por un pacto con medidas diferentes y menos gravosas.

Así a partir de ahora en Guipúzcoa el IRPF ve elevarse el tipo máximo al 49% (a partir de 175.000 euros), cuando en Vizcaya y Álava este tipo es del 45 por ciento. Todos ellos superiores al 43% español.

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