El consejero de Sanidad, Rafael Bengoa, descarta que la Sanidad vasca vaya a adoptar el sistema de copago como ha decidido Cataluña que cobrará entre 1 y 3 euros por receta. Según el consejero varios estudios internacionales evidencian que en algunos casos la gestión del copago es más costosa que el ahorro inicial que genera.
Para frenar la demanda asistencial y racionalizar los costes el consejero aboga por la utilización de otro tipo de medidas, relacionadas con las nuevas tecnologías, como la asistencia no presencial, puesta en marcha ya en el País Vasco y a la que pueden acceder 1,7 millones de personas.
Rafael Bengoa se opone a que se implante el sistema de copago especialmente en los enfermos crónicos, que suponen el 80% de los pacientes y que necesitan de los medicamentos durante toda su vida. 'Hay pacientes crónicos con diez o doce recetas por lo que no estamos hablando de un euro', ha explicado.
Asimismo, el consejero de Sanidad rechaza que el incremento de costes sanitarios derive en un debate sobre la necesidad de la vuelta a la centralización de la asistencia, ya que a su juicio los resultados de la descentralización han sido 'espectaculares'.
Para mejorar la coordinación y el intercambio de experiencias entre los sistemas sanitarios autonómicos, Bengoa aboga por articular foros entre las comunidades para que 'circule el conocimiento'. Al hilo de esto, indicó que 'dentro de un año Cataluña podrá decirnos los resultados obtenidos con esta medida (copago) en términos económicos o de disuasión'.
No generalizar las mamografías
El consejero de Sanidad, en una comparencia en el parlamento vasco, también ha rechazado la extensión generalizada de la realización de mamografías a las mujeres mayores de 40 años, como se hace en la sanidad privada.
Bengoa ha calificado de 'error clínico' aconsejar mamografías anuales a partir de los 40 años y ha señalado que si la sanidad privada lo hace es porque los médicos 'tienen incentivos económicos' por ello. 'El la privada hay mujeres vascas que están radiografiadas innecesariamente, con biopsias innecesarias e intervenciones con falsos positivos', aseguró.
Bengoa señaló que la unanimidad en la comunidad científica se sitúa en la conveniencia de realizar mamografías a las mujeres de entre 50 y 69 años, mientras que en las poblaciones de edad inferior los estudios sobre sus efectos no son concluyentes, por lo que es discutible que los beneficios del cribado generalizado superen a los inconvenientes que conlleva.
'Tiene más riesgo realizarse sin necesidad una tomografía axilar que vivir cerca de una central nuclear', el director de asistencia sanitaria de Osakidetza, Eduardo Garate, quien ha apostado por reclamar a los ginecólogos que no se hagan estas pruebas anualmente.
La Sanidad vasca recomienda la realización de mamografías generalizadas a las mujeres mayores de 50 años y a partir de los 40 años a las mujeres con riesgo por antecedentes familiares. En Euskadi se en 1995 se puso en marcha el Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama, consiste en la realización de mamografías bilaterales en doble proyección, inicialmente a mujeres de entre 50 y 64 años de edad, ampliado en 2006 a todas aquellas de entre 50 y 69 años. Ahora, este programa se ha extendido a mujeres de entre 40 y 49 años si tienen antecedentes familiares.
Los resultados del programa piloto de detección precoz del cáncer de mama de Osakidetza revelan que un 6 por ciento de las mujeres vascas están en riesgo de padecer esta enfermedad por contar con antecedentes familiares de primer grado.