
Generalmente cuando se habla de química se asocia con reactores y chimeneas y no nos damos cuenta que detrás de la chaqueta que llevamos puesta, del bolígrafo que tenemos en la mano, de las gafas que utilizamos... está la química. El vicepresidente y consejero delegado de Basf Española, Erwin Rauhe, define la química como lo que nos permite vivir cada día con calidad. Con unas ventas superiores a los 1.000 millones de euros, Basf España cuenta en Tarragona con su planta más grande del sur de Europa. Rauhe inició su carrera en Basf Italia y ha ocupado puestos de responsabilidad en Basf Suiza y Alemania.
¿Qué peculiaridades presenta el mercado español frente a los otros países donde Basf está presente?
Hay que hacer una distinción entre el norte y el sur de Europa. Los mercados del norte son más previsibles, mientras que España y los del sur son del todo imprevisibles, a la vez que son más dinámicos. Mientras unos miran la estabilidad y la previsibilidad, el sur busca la creatividad.
¿Cómo ve el mercado español en estos momentos?
Se habla poco de la industria química. Los mercados del sur de Europa muestran una dinamicidad y un crecimiento mucho más sólido que los del norte. Aquí vemos muchas señales que confirman el crecimiento de la economía (más consumo interno, importaciones, consumo eléctrico...) y la confianza de los consumidores mejora, que es la base de todo crecimiento.
¿Cómo se traducen estas señales en su empresa?
Nosotros estamos creciendo en el sur de Europa y en España. El año pasado las ventas crecieron un 3%, hasta los 1.100 millones euros y este año esperamos mantener este ritmo de crecimiento. Nuestra plantilla es superior a los 2.000 empleados, unos 800 de ellos están ubicados en Tarragona. Si el mercado se desarrolla como nosotros queremos y tenemos la capacidad de traer plantas aquí, podemos crecer.
En España tienen cinco empresas y nueve centros de producción. ¿Qué peso representa la exportación?
Aquí tenemos dos grandes polos de producción: Tarragona y Guadalajara. En Cataluña se encuentra la planta más grande del sur de Europa y es uno de nuestros puntos estrella, desde donde producimos para el mercado español y también exportamos. De la producción española, más del 50 por ciento se vende a otros países. Tenemos que poner la química en el centro de atención. Aquí no se le da importancia que tiene, hay que ponerla en valor.
¿Dónde se destina la producción española?
Depende del producto. Algunos los exportamos a la casa matriz y otros los vendemos a países de Sudamérica, Asia, Oriente Próximo... Hoy en día la actividad de cualquier planta, si se destinara solo para el mercado nacional, sería demasiado pequeña y no sería competitiva.
¿Qué inversiones destina Basf al mercado español?
Nosotros seguimos invirtiendo en nuestras plantas españolas para mantenerlas al día. Las inversiones más grandes las hacemos en Tarragona. Cada año invertimos alrededor de 40 millones de euros.
¿Cómo está viviendo el proceso soberanista?
Lo que queremos nosotros es una certidumbre del marco legal. Apostamos por los mercados más grandes y lo menos fraccionados posible porque la industria europea ha crecido ya que hemos empezado a sacar las barreras aduaneras, tenemos una moneda común... y todo esto son ventajas competitivas que otros no tienen.
¿Qué pide a los gobiernos?
Reducir la burocracia, más liberalización y bajar el coste de energía, igualarlo al de otros países. El competidor de este país no es China, son Alemania, Italia, Inglaterra, Francia... Cuando nosotros hacemos los cálculos para invertir en un mercado, vemos los costes y uno de los elementos diferenciales es el coste de la energía, porqué es un componente de coste muy fuerte y muy importante y tiene un precio muy dispar en función de cada país. Invertimos donde los costes son más bajos. No tenemos diferencias en capacidades de la gente, tenemos los mismos buenos ingenieros aquí que en Alemania.
¿Cree que la industria va un paso por delante de las decisiones políticas?
Me gustaría que la política tuviera la misma capacidad de la industria de decidir, pero ellos tienen sus ritmos. Un ejemplo lo tenemos en la terminal intermodal de mercancías de Tarragona. Nosotros estamos listos, nos falta el tercer carril. El tiempo no lo marcamos nosotros. Ya hemos constituido la joint venture, los deberes ya los tenemos hechos. Nuestra esperanza es que empiece a operar en 2017. La importancia de esta inversión de 30 millones es que pondremos nuestra planta de Tarragona en el centro neurálgico de todas las plantas de Basf.
¿Qué sectores son los principales clientes de Basf?
Son importantes la automoción, la construcción, el sector papelero... En este momento, el sector del automóvil es el más significativo para la compañía. Hay que entender que la química es transversal y se puede tocar, un ejemplo de ello es el Smart Forvision, un nuevo concepto de coche desarrollado conjuntamente con Daimler, que gracias a los elementos que componen su techo solar consigue un ahorro del 50 por ciento de energía.