LONDRES (Reuters) - Los servicios británicos de urgencias se enfrentarán esta semana a un gran atentado contra el Metro de Londres, en el mayor simulacro preolímpico realizado hasta la fecha.
Unas 2.500 personas participarán en el simulacro de dos días, que emulará el ataque más sangriento que ha sufrido la capital británica en tiempos de guerra, cuando cuatro suicidas mataron a 52 personas detonando bombas en trenes subterráneos y un autobús en julio de 2005.
El ejercicio "Defensa preventiva", pretende imitar la situación que las autoridades podrían afrontar si se produjera un incidente grave en plenos Juegos Olímpicos, que comienzan el 27 de julio.
"'Defensa preventiva' está en el extremo de los escenarios a los que podríamos enfrentarnos", explicó a la prensa Cressida Dick, número dos de la lucha antiterrorista británica.
"Lo haremos lo mejor, lo mejor que podamos para impedir un ataque semejante, pero sólo sería adecuado que probemos nuestra respuesta a un ataque semejante".
Reino Unido está considerado desde hace tiempo un objetivo para grupos armados islamistas, y sigue teniendo la amenaza de grupos republicanos irlandeses disidentes, que mantienen una campaña armada contra el Gobierno británico por Irlanda del Norte.
En el simulacro que comienza el miércoles, se enviará a los equipos de emergencias a una estación de metro en desuso en el centro de Londres, donde el público podrá ver cómo se traslada a las "víctimas" a la superficie.
No sólo probará la respuesta del personal de policía, bomberos y ambulancias, sino la comunicación y la coordinación entre agencias, responsables olímpicos y Gobierno, incluyendo ministros.
El año pasado, una investigación sobre las muertes en los atentados de 2005 culminó con una serie de recomendaciones, como la petición de que se formara al personal de primera línea para que se coordinen mejor cuando se enfrenten a un incidente en el metro de Londres.
"Queremos aprender de cualquier experiencia que podamos conseguir, así como aplicar las lecciones del pasado", dijo a Reuters el ministro de Seguridad, James Brokenshire.
El país está en su nivel de alerta "sustancial", el tercero más alto, lo que implica que un atentado es una sólida posibilidad, pero casi con seguridad se elevará ese riesgo a "severo", indicando que un ataque es muy probable, para cuando comiencen los Juegos.
Sin embargo, Brokenshire, Dick y el coordinador Nacional de Seguridad Olímpica, Chris Allison, insistieron en que no hay nada que indique que algún grupo esté tramando un ataque contra los Juegos.
"Es importante decir que este ejercicio no se basa en un riesgo específico", dijo Brokenshire a Reuters. "No se basa en una prueba específica o una amenaza específica".
"(Se trata de) asegurar que estamos probando, que de verdad estamos extendiendo nuestras preparaciones todo lo posible para que cuando llegue la hora de los Juegos, estemos tan preparados como podamos estar", afirmó.
En diciembre, Reino Unido dobló el presupuesto de seguridad de los Juegos, que ahora se estima costarán más de 1.000 millones de libras (unos 1.200 millones de euros), dentro de los 9.300 millones en total por los Juegos.
Unos 13.500 soldados participarán en la enorme operación de seguridad, y el Gobierno emitió el lunes una orden permitiendo que se convoque a los reservistas para formar parte de este dispositivo.
/Por Michael Holden/
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