Human Rights Watch (HRW) ha acusado a la coalición internacional liderada por Arabia Saudí de emplear bombas de racimo en sus ataques aéreos contra posiciones rebeldes en Yemen, ante lo que ha recordado que este tipo de armamento está prohibido al causar un gran daño a la población civil.
La organización ha asegurado disponer de "pruebas creíbles", entre las que se encontrarían vídeos e imágenes, que demostrarían la utilización de bombas de racimo durante las últimas semanas en los bombardeos de la coalición sobe la gobernación de Saada, en manos de los rebeldes houthi.
HRW ha asegurado que estas bombas han impactado en zonas cercas de aldeas, por lo que se ha puesto a la población local "en peligro". "Estas armas nunca deberían utilizarse bajo ninguna circunstancia", ha afirmado el director de armas de HRW, Steve Goose.
Por ello, la organización ha advertido tanto a Arabia Saudí, los miembros de la coalición, como al proveedor, Estados Unidos, de que se enfrentan a las críticas de la comunicación internacional por el uso de estas bombas, que incluyen artefactos explosivos en su interior y que se dispersan por la zona.