
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, ha presionado este viernes a los mandatarios regionales para concretar un alto el fuego en Gaza, mientras la cifra de muertos aumentaba, amenazando con extender el derramamiento de sangre israelí-palestino a la ocupada Cisjordania y a Jerusalén.
Con Israel y los milicianos de Hamás planteando términos aparentemente irreconciliables para una tregua que los mediadores esperan que comience la semana que viene coincidiendo con un festivo musulmán, Kerry presionó desde Egipto mientras sus asesores dejaron claro que su paciencia tenía un límite.
El gabinete de seguridad del primer ministro Benjamin Netanyahu rechazó a última hora de la tarde las propuesta de un alto el fuego y está persiguiendo un cambio de planes, dijo el viernes una fuente gubernamental.
La urgencia de llegar a una tregua se aceleró con la muerte de 15 personas en un ataque a un colegio dirigido por la ONU en el norte de la Franja de Gaza, del que responsables locales culparon a un bombardeo israelí.
Israel dijo que sus fuerzas habían sido atacadas por insurgentes palestinos en la zona del colegio y que ellos habían respondido. Acusó a Hamás de impedir cualquier evacuación.
Kerry junto con sus asesores presionó desde Egipto, argumentando que la paciencia tiene un límite, frente a los planteamientos de Israel y los milicianos de Hamás aparentemente irreconciliables para llegar a una tregua que los mediadores esperan que comience la próxima semana, coincidiendo con una festividad musulmana.
Responsables en Gaza dijeron que ataques militares israelíes mataron a 33 personas el viernes, incluido el principal portavoz de la Yihad Islámica, aliada de Hamás, y a su hijo. Cifraron los palestinos muertos en 18 días de conflicto aumentaron a 822, muchos de ellos civiles.
Milicianos lanzaron cohetes desde Gaza, activando las sirenas en gran parte del sur y centro de Israel, incluido el principal aeropuerto del país. No se informó de heridos puesto que el sistema de intercepción Cúpula de Hierro pudo derribar muchos de los misiles.
Negociaciones sin acuerdo
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, convocó al gabinete de seguridad el viernes para debatir una tregua humanitaria limitada bajo la cual al movimiento palestino se le podría permitir la entrada de ayuda y recuperación de víctimas.
Un responsable palestino cercano a las negociaciones dijo que Turquía y Catar habían propuesto un alto al fuego de siete días.
Israel ha insistido en que, incluso con una tregua, su Ejército continuará destruyendo los túneles sobre la frontera de Gaza, una misión que podría demorarse entre una y dos semanas.
Netanyahu ha dicho que cualquier tregua debería llevar a una eventual retirada de los arsenales de cohetes de Gaza, algo que Hamás descarta.
El grupo palestino ha dicho que no pondrá fin a las hostilidades hasta que levante el bloqueo a Gaza y sus 1,8 millones de habitantes, y que el Estado judío libere a cientos de palestinos detenidos durante una redada en la búsqueda de tres adolescentes israelíes que posteriormente aparecieron muertos.
Más de 140.000 palestinos han sido desplazados en Gaza debido a los combates, y muchos de ellos han buscado refugio en edificios de Naciones Unidas.
Proponen una tregua humanitaria
El plan de paz para la Franja de Gaza discutido este viernes en El Cairo por el Gobierno de Egipto, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, contempla una tregua humanitaria de siete días.
El ministro de Exteriores egipcio, Sameh Shukri, ha abogado en rueda de prensa por un "alto el fuego humanitario" con motivo del Edi al Fitr, la fiesta con la que los musulmanes conmemoran el fin del mes de Ramadán. Esta tregua sería "por un periodo de siete días".
Ban Ki Moon ha llamado a las partes a aceptar este alto el fuego, que incluye una pausa prorrogable de 12 horas. Shukri ha admitido que hace falta más diálogo antes de lograr una tregua más amplia, a pesar de que, como ha asegurado Kerry, se ha logrado un "serio progreso" en las últimas horas. El jefe de la diplomacia norteamericana ha apuntado que persisten diferencias sobre terminología.