Crece la incertidumbre sobre una posible intervención internacional en Siria. Ayer, el convoy de la misión de los expertos de la ONU que visitó el lugar donde tuvo lugar el presunto ataque químico del régimen de Bashar al Assad contra sus opositores fue tiroteado antes de acceder a los heridos. Siga en directo los acontecimientos que se producen en Siria
EEUU, Londres y Francia ya han avisado de que la autorización del Gobierno sirio para iniciar las investigaciones sobre el suceso llega demasiado tarde y que no hay duda de la autoría por parte del Gobierno sirio. En particular, la potencia estadounidense aseguró que los ataques sobre la misión de la ONU fueron obra del Ejército de Basahr al Assad. El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, afirmó ayer que su Gobierno presentará pruebas que señalan al régimen como autor de los ataques.
Por su parte, el secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, declaró ayer que aunque aún están estudiando todas las opciones, si se adopta alguna acción "será en concertación con la comunidad internacional y en el marco de una justificación legal". Por su parte, el ministro de Exteriores de Reino Unido, William Hague, fue aún más lejos y descartó la necesidad de contar con el respaldo de la ONU para iniciar una intervención ya que, de lo contrario, "sería imposible responder a tales atrocidades". En cualquier caso, las potencias internacionales tendrán que esperar a que lleguen los resultados de las muestras tomadas por los expertos de la organización internacional en el terreno. A pesar del ataque que sufrieron los inspectores, ninguno fue herido tras romperse el alto el fuego que había sido decretado entre rebeldes y el Gobierno, y cuya autoría aún no ha sido determinada.
La agenda de noticias Petra informó ayer de que los jefes militares de EEUU, Reino Unido, Francia, otros países de la OTAN y estados como Turquía y Arabia Saudí estarían reunidos de emergencia en Jordania. La OTAN pide una reacción internacional en caso de que se confirme la agresión química.
Los aliados del régimen
Entre los ejemplos que muestran la creciente tensión en la zona debido a una posible intervención occidental se encuentra el aumento de ventas de máscaras de gas en Israel.
Obama ya advirtió la semana pasada de las consecuencias de una operación militar en la zona, que además del coste humano y económico, podría significar, según palabras del mandatario estadounidense, el aumento del resentimiento en la región.
El apoyo de Rusia y China al régimen sirio es el culpable de que las resoluciones de la ONU no sean un camino factible para las potencias occidentales. Rusia se alineó ayer con las palabras de los últimos días de Al Assad que vaticinan un futuro fracaso militar estadounidense. El presidente sirio remarcó que una intervención militar en Siria sin un mandato de las Naciones Unidas supondría una grave violación a la ley internacional. El ministro de Asuntos Exteriores ruso instó a EEUU a evitar errores pasados.
Mientras, el Gobierno se explica en el medio ruso Izvestia, justificando que nunca lanzaría un ataque químico en un lugar donde se encuentran sus propias fuerzas, y la guerra civil sigue sumando víctimas, que ascienden a más de 96.000 muertos según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. La ONG Médicos sin Fronteras confirmó que el ataque químico causó la muerte de 355 personas y dejó más de 3.200 afectados, aunque la oposición Siria indicó en un principio que podrían llegar a 1.500 fallecidos.