
El primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, ha manifestado este miércoles que no tiene la autoridad necesaria para garantizar una amnistía general, en un intento por disipar los rumores surgidos al respecto tras sus palabras durante el fin de semana en un acto celebrado en Diyarbakir.
Las expectativas en este sentido se desataron el sábado, cuando el primer ministro turco insinuó la posibilidad de ofrecer una amnistía general durante un acto en la provincia con el presidente de la provincia semiautónoma del Kurdistán, Masud Barzani, que visitó el lugar por primera vez. Así, indicó que las prisiones "serán vaciadas" y que los milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) "dejarán las montañas y volverán a sus casas".
"Hubo un malentendido. Pronunciamos un deseo, un rezo en favor de que llegaría ese día. Fue tomado como una amnistía general, pero como primer ministro no considero tener la autoridad para garantizar la amnistía a un asesino", ha dicho.
"Podría conceder una amnistía en el caso de los crímenes contra el estado, pero ¿cómo podría perdonar a un asesino?", ha dicho, situando en este segundo grupo a los miembros de las organizaciones prohibidas por las autoridades, entre ellas el PKK, según ha informado el diario turco 'Hurriyet'.
Se trata del segundo día consecutivo en el que Erdogan sale al paso de los rumores en torno a dicha amnistía, después de que el martes descartara tajantemente que el Gobierno se esté planteando dicha posibilidad en el marco del proceso de paz.
Una eventual amnistía general ha sido uno de los asuntos más tratados como parte de un acuerdo entre el Gobierno y el PKK con el objetivo de poner fin a las tres décadas de conflicto.
Las conversaciones de paz entre el PKK y el Gobierno turco comenzaron en octubre, con el objetivo de dar fin al conflicto que ha provocado más de 40.000 muertos en tres décadas, y que ha detenido el crecimiento de la región del sudeste de Turquía, de mayoría kurda.
Los líderes kurdos han hecho un llamamiento al Gobierno turco para llevar a cabo las reformas previstas en las conversaciones de paz con el líder del PKK, Abdulá Ocalan. Sin embargo, Ankara ha asegurado que para cumplir su parte del trato los kurdos tienen que acelerar la retirada de su tropas del norte de Irak.
Estas reformas incluyen pasos para impulsar los derechos de la minoría kurda, incluyendo la abolición de la ley antiterrorista bajo la cual miles de kurdos han sido encarcelados por su relación con el PKK. A través de las reformas también podría garantizarse el derecho a recibir una educación en lenguaje kurdo, así como disminuir el número de votos que necesitan los partidos para entrar en el Parlamento.
La semana pasada, Ocalan afirmó que el proceso de paz ha alcanzado un punto crítico, y, si bien dijo que sigue en marcha, matizó que "camina sobre una fina capa de hielo". Así, recalcó que "la mayoría de los pasos y los sacrificios han sido hechos únicamente por una de las partes", en referencia a la formación kurda.
"Pese a ello, incluso si la voluntad de avanzar es unilateral, estamos decididos a perseguir nuestro deseo de paz frente a todas estas negativas", agregó. "Una etapa esencial del proceso es construir una base legal para la democratización lo antes posible", remachó.