Oriente Medio

Coalición de Al Maliki vence en los comicios provinciales Iraquíes

Bandera de Irak Fuente: Archivo

La coalición liderada por el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, venció en las elecciones provinciales celebradas hace dos semanas, aunque se verá obligado a forjar alianzas de gobierno en todos los municipios en los que ha ganado al no conseguir ninguna mayoría, de acuerdo con los resultados desvelados.

Estado de Derecho, el partido de Maliki, ha resultado ganador en siete de las doce provincias, en las primeras elecciones desde la retirada del país del grueso de las tropas estadounidenses en diciembre de 2011 y que se celebraron en medio de un ambiente de alta tensión sectaria y extrema violencia.

Así pues, Al Maliki tendrá que recurrir nuevamente a los equilibrios políticos con las formaciones chiíes, suníes y kurdas, éstas últimas en poder de la región autónoma del Kurdistán iraquí, en el norte del país, cuyos comicios se celebrarán a finales de este año. En Bagdad, Estado de Derecho ha obtenido 20 de los 58 escaños del Parlamento local.

Para dicha tarea, Iraqiya, una formación laica pero dominada por los suníes, no obstaculizará en esta ocasión los acuerdos políticos que Estado de Derecho pueda firmar después de que apenas alcanzara los tres escaños en la gran mayoría de las provincias, según la Alta Comisión Electoral Independiente. En las elecciones parlamentarias de 2010, Iraquiya puso en jaque la estabilidad política del país al dificultar la formación de una mayoría sólida en el Parlamento iraquí con el partido de Al Maliki.

El recrudecimiento de la violencia en el país, donde al menos 712 personas fallecieron durante el mes de abril --el más alto de los balances mortales recabados cada mes desde 2009 por la ONU-- también amenaza con dificultar la formación de gobiernos provinciales, en virtud de la exacerbada rivalidad entre suníes y chiíes.

Una de las decisiones que intensificó las tensiones políticas en Irak fue el aplazamiento de las elecciones en las provincias de Anbar y Nínive, rechazada de inmediato por la oposición. Ambas provincias son de mayoría suní y foco de las principales protestas contra el primer ministro chií, algo que la oposición interpretó como un intento de Al Maliki de eliminar a un amplio porcentaje de los votantes en su contra.

El primer ministro, entonces, justificó su decisión en que el peligro de atentados era elevado y que las fuerzas de seguridad todavía no estaban preparadas aún para garantizar la seguridad de los votantes. Grupos suníes, Estados Unidos y la comunidad internacional exigieron sin éxito la celebración de los comicios en ambas provincias.

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