Opinión

Gestionar flotas en tiempos difíciles: cómo prepararse para un verano incierto

  • Convertir el seguro en una herramienta de control y eficiencia puede marcar la diferencia en las grandes flotas
     

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La gestión de flotas empresariales está atravesando uno de los períodos más complejos de las últimas décadas. La inflación, el incremento en los costes por siniestro y un endurecimiento generalizado del mercado asegurador han transformado las reglas del juego.

Con la llegada del verano, un período especialmente crítico debido al aumento de la movilidad y, por ende, de la siniestralidad, las aseguradoras se enfrentan a decisiones que requieren una visión estratégica, datos precisos y un enfoque preventivo.

Desde la pandemia, la inflación ha reducido significativamente los márgenes de ganancia de las aseguradoras. Actualmente, cada euro de prima se destina íntegramente a pagar indemnizaciones o a cubrir costes operativos, sin generar rentabilidad.

Esta situación ha comportado una reacción en cadena: criterios de suscripción más estrictos, retirada de aseguradoras del segmento privado y, como consecuencia, aumentos en las primas y restricciones de cobertura para muchas empresas. Esto ha llevado a que numerosas empresas se vean obligadas a recurrir al consorcio de seguros, ya que ninguna aseguradora está dispuesta a asegurar su flota.

La situación se complica aún más durante el verano, cuando aumentan los desplazamientos, se elevan los riesgos y, con frecuencia, se relajan las rutinas operativas. En ausencia de una estrategia de prevención bien definida y una gestión proactiva del seguro, muchas empresas enfrentan obstáculos para renovar sus pólizas o se ven sorprendidas por un aumento inesperado en los costes asociados a su flota.

El seguro: una herramienta estratégica

Frente a esta realidad, el seguro debe ser percibido como un instrumento de valor estratégico, no como un gasto. Esto implica anticiparse, medir y gestionar activamente. Hoy más que nunca, las aseguradoras y los mediadores debemos acompañar a las empresas no solo en la colocación del riesgo, sino en todo el proceso de reducción del mismo: desde la formación en seguridad vial y los protocolos de actuación ante siniestros, hasta la implementación de KPIs, auditorías y reportes personalizados que permitan ajustar las decisiones a datos reales.

En WTW llevamos años observando esta evolución. Tras haber asegurado más de 220.000 vehículos en España y gestionar más de 80.000 siniestros al año, sabemos que el contexto ha cambiado, y también las necesidades de los clientes. Por ello, nuestro enfoque actual combina el análisis avanzado de siniestralidad, las medidas preventivas y una interlocución directa con el mercado asegurador, con capacidad de negociación y visión sectorial.

Además, el futuro inmediato no apunta a una relajación del mercado. Las previsiones para 2025 indican un incremento continuado del coste medio por siniestro, impulsado por la creciente judicialización de los casos y la inflación en los precios de reparación e indemnización.

Actualmente, las indemnizaciones por lesionado han escalado hasta niveles que, hace apenas cinco años, habrían resultado impensables, con casos que alcanzan entre uno y tres millones de euros por afectado. En este entorno, las flotas sin datos, sin prevención y sin estrategia tendrán más dificultades para competir y mantener su rentabilidad.

El verano no solo es una prueba de estrés para las flotas, sino una oportunidad para analizar, corregir y redefinir la estrategia de gestión de riesgos. Convertir el seguro en una herramienta de control y eficiencia puede marcar la diferencia. Y en ese camino no se trata solo de asegurar: se trata de acompañar.

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