Opinión

IA, ética y Agencia Tributaria

  • Revista de Buen Gobierno, Iuris & Lex y RSC
Foto: Istock_eE

Es probable que el lector haya accedido a algunos de mis artículos donde me muestro partidario del uso de la IA en muchos momentos de nuestra vida diaria. Es mi opinión que puede tratarse de un buen compañero de viaje, siempre que sepamos medir adecuadamente la bondad de sus resultados. Siempre que la base de aquello que refuerza sea consistente, será útil la IA para mejorarlo.

Pero no todo vale. He dicho, por activa y por pasiva, que en el trabajo de Gestor Administrativo nunca sustituirá la empatía, la sagacidad para obtener información del cliente, que no sabe qué tiene que contar, que no sabe que es útil y necesario y qué no lo es, y que a menudo no identifica eficazmente lo relevante y desprecia lo irrelevante.

He comentado, a quien me ha querido escuchar, que ayuda al generalista a profundizar en lo especial, pero difícilmente hace del especialista un generalista. Hoy por hoy, creo que en muchos sentidos a la IA le falta un poco de calle. En un máster que he hecho sobre la IA, el experto en prompts de aquél le "dice" a la IA que se limite a devolver información sobre los datos de los que dispone y que no "invente".

Leemos ahora que la Agencia Tributaria quiere reducir, incluso acabar, con el fraude fiscal a través de la IA. Y no crean que me quedo tranquilo, a pesar de que será más fácil para los gestores administrativos decirles a los clientes que ojito con ocultar cosas que el ojo del gran hermano de hacienda va a llegar a todos los rincones. Y les aseguro que yo prefiero no tener que "pelearme" con el cliente para que haga, definitivamente, las cosas bien.

Son numerosas las dudas que a uno le surgen sobre el buen fin de la posible medida. En primer lugar, y siguiendo los dictados del Reglamento recientemente aprobado por la UE, si serán considerados sus algoritmos de alto riesgo o no. Y, en consecuencia, si serán estos transparentes. Es una pena que la Ley Orgánica del Derecho a la defensa no tenga en cuenta la protección en la defensa de quien sea acusado por un algoritmo de IA que desconoce y, por tanto, no pueda defenderse de manera adecuada.

En segundo lugar, si ya en estos momentos se le otorga a la inspección de hacienda categoría de máster del Universo, permitiendo que los criterios de los inspectores se impongan en el primer asalto y que dejen KO a muchos contribuyentes, sin opción a subir al ring para el segundo asalto, qué va a pasar si la IA (la Inteligencia Artificial, señoras y señores) decide acusarnos de defraudadores. Ya no es el criterio humano, es el criterio de una máquina que ni siente ni padece.

¿Qué capacidad tiene el cerebro humano de decirle a una hoja Excel, algo más sofisticada, que se ha equivocado en una suma? Pues me da que la conflictividad fiscal puede alcanzar cuotas considerables. Fíjense, si con los medios de los que hoy dispone hacienda se llega a un porcentaje de contribuyentes y eso suponen un alto nivel de conflictividad, imaginen lo que va a pasar cuando lleguen a todos. No será posible decir aquello de "estos no se fijan en mí". Ahora, se van a fijar en todos, por poco que se gane, por poco que se trate de eludir impuestos.

Pero verán, si la propia hacienda (como ha demostrado en esta última campaña de renta) ha corregido sobre la marcha los datos que ha ofrecido en su borrador, ¿no va a poder equivocarse con los resultados de aplicar la IA? ¿Quién dice que no? ¿Y quién va a revisar los datos que ofrezca la IA? Seguro que es mejor mandar la carta para que el contribuyente pague y luego "si eso" ya veremos si nos hemos equivocado.

Leo en algunos foros que los asesores fiscales temen la implantación de la IA, y yo no estoy de acuerdo que el miedo sea porque ahora hay más posibilidades de que "pillen" a nuestros clientes. Estoy convencido de que el miedo procede de la falta de transparencia que le auguramos a los algoritmos de la IA que se apliquen.

A ver, si además de los posibles errores, surgen los sesgos que puede generar el entrenamiento del algoritmo y que pueden actuar en contra de determinados colectivos sin que los funcionarios sean conscientes de ello. Pero también están aquellos elementos que están en duda, aquellas interpretaciones que favorecen a unos, pero a otros no en base a una serie de requisitos que no están recogidos en ningún documento del que dispondrá la IA, ¿qué va a pasar? ¿"Rejonazo" y luego que se defienda el contribuyente en los tribunales?

Esto está pasando ya hoy con un número alto, pero limitado de contribuyentes. Mañana, con la IA nos alcanzará a todos, pero si solo es una cuestión de meter "máquina" a trabajar, entonces los tribunales pueden verse desbordados y los ciudadanos muy cabreados porque en materia fiscal, si o si, en primera instancia, la razón la tiene el funcionario y, ahora, la IA. Que el futuro nos pille preparados.

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