
En la constante búsqueda de soluciones para los desafíos en el sector de la movilidad compartida, nos encontramos en un momento crucial para reflexionar sobre la evolución y el fortalecimiento del concepto de dicho sector. Con esto, es esencial poner en valor la importancia de incluir los servicios de ride-sharing (tanto taxis como VTCs) en el marco de la movilidad compartida en España, y ante la próxima aprobación de hitos regulatorios tan relevantes como es el Proyecto de Ley de Movilidad Sostenible, que actualmente se está tramitando en el Congreso de los Diputados.
Tanto los taxis como las VTCs contribuyen a impulsar, especialmente a través de la economía digital, servicios a demanda a los usuarios, además de realizar un uso intensivo de los vehículos que, en el caso de los particulares, se encuentran parados el 95% del tiempo, además de transportar la mayoría de las veces a un solo pasajero.
En este sentido, la propia Comisión Europea ya se pronunció en una comunicación en 2022, indicando que "es de suma importancia que el transporte de pasajeros bajo demanda, ya sea a través de taxis o VTC, complemente al transporte público (por ejemplo, metros, autobuses, tranvías) y las formas activas de movilidad (como los desplazamientos a pie o en bicicleta)".
El crecimiento exponencial que ha experimentado la movilidad compartida en los últimos años la ha convertido en un pilar fundamental de nuestra infraestructura de movilidad. Esto a su vez ha transformado la forma en que nos desplazamos, generando un impacto significativo en aspectos clave como la generación de empleo, la estimulación económica y la reducción de emisiones de carbono. Esta evolución refleja una demanda creciente de opciones de transporte flexibles y accesibles, así como una conciencia cada vez mayor sobre la necesidad de abordar los desafíos medioambientales y de movilidad en nuestras ciudades.
Es vital considerar los datos que subrayan la urgencia de promover la movilidad compartida en España. Se espera que para 2030, el 80% de los españoles residan en grandes ciudades, lo que pone de manifiesto la necesidad de desarrollar sistemas de transporte eficientes y sostenibles. Para ese mismo año, se estima que la movilidad compartida representará el 7% de todos los viajes urbanos, lo que demuestra su creciente relevancia en el panorama del transporte urbano.
Además, las proyecciones indican que la movilidad compartida jugará un papel cada vez más importante en nuestras ciudades. Según las conclusiones de un reciente estudio realizado por la consultora Oliver Wyman, para grandes ciudades como Berlín, se espera que los servicios de ride-hailing experimenten un crecimiento del 80% en 2030, mientras que los viajes en coches privados y personales disminuirán en un 21%. Estas tendencias reflejan un cambio hacia un modelo de movilidad más colaborativo y eficiente, donde los servicios de transporte compartido desempeñan un papel central en la satisfacción de las necesidades de movilidad de la población.
Asimismo, hay que valorar el impacto medioambiental, ya que el 75% de los gases de efecto invernadero son producidos por el transporte por carretera. Con lo cual, es cada vez más importante reducir la dependencia de los vehículos privados y promover, con mayor empeño, alternativas que sean más respetuosas con el planeta.
Por otro lado, la congestión del tráfico no solo afecta a la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también conlleva enormes costes económicos. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la congestión del tráfico representa hasta un 2% del PIB nacional en España, lo que se traduce en una pérdida de 29.241 millones de euros. En este contexto, la movilidad compartida, y el ride-hailing dentro de ella, emergen como una solución efectiva para reducir la congestión, optimizar el uso de los recursos y mitigar los impactos económicos y medioambientales negativos del transporte.
En Bolt, estamos comprometidos con esta visión de movilidad compartida y respaldamos la inclusión de los servicios de taxis y VTCs en el marco legislativo de España. Reconocemos el potencial transformador de esta medida, y consideramos que no solo contribuye a mejorar la experiencia de movilidad de millones de personas, sino que también establece las bases para un futuro más sostenible y conectado para nuestras ciudades y comunidades.