Opinión

Actualizaciones en peligro de extinción

Vivimos en una era de cambio permanente. Lo que antiguamente se llamaba revolución, por los cambios tecnológicos acontecidos cada cierto tiempo y que provocaban modificaciones radicales en los modelos de negocio, hoy en día se identifica como una necesidad que las empresas deben asumir de forma muy ágil para adaptarse a las nuevas necesidades de un mercado que cada vez demanda más conectividad y velocidad.

Estos períodos de saltos tecnológicos se han reducido tanto que hoy en día ya se habla de una transformación constante. El cambio y la evolución es tan rápida que nos obliga a entender que todo debe ser temporal, ágil y adaptable a los cambios que vendrán en los próximos meses. En un mundo cada vez más competitivo y conectado, la necesidad de estar preparado para la adopción de cambios es un valor diferencial sin el cual ya no se puede sobrevivir como compañías. Empresas que han entendido esto, modifican sus procesos de negocio de forma ágil y rápida y pueden crecer y mejorar constantemente.

Para dar respuesta a todo este cambio, todos los fabricantes de software se han enfocado en soluciones en la nube. Estas soluciones ya solamente se enfocan en la utilización del software como un servicio que se contrata por medio de una subscripción mensual. Ya no se vende un software, sino que se aporta un servicio que evoluciona y que permite implementar los procesos de negocio que requieren las empresas cada día de forma mas ágil. El servicio como tal no tiene un número de versión, sino que también es algo que mejora con el tiempo y adquiere nuevas evoluciones y tecnologías. Conceptos como versiones, migraciones o actualizaciones están empezando a desaparecer. El nuevo término que algunos de los fabricantes de las soluciones tecnológicas más avanzadas están empezando a usar es One Version.

Las empresas deben asumir los cambios de forma ágil para adaptarse al mercado

Desde el punto de vista operacional de las organizaciones del siglo XXI, es habitual ya encontrar una serie de soluciones tecnológicas por medio de las cuales se digitalizan procesos de negocio que hace solamente unos pocos años eran totalmente manuales. No importa la industria ni el sector, todas las empresas están actualmente en este camino, y lo que se debe entender es que es un camino que no tiene final. Es un camino que nos lleva a la transformación constante, a estar siempre preparado al siguiente cambio y entender que de esta manera seremos más competitivos y productivos.

La implantación de soluciones tecnológicas para la digitalización de procesos de negocio no solo ayuda a las empresas a ser más eficientes, sino también que tienen un impacto directo en la retención de talento. Las nuevas generaciones de trabajadores son seres digitales que adoptan la tecnología como parte natural de sus días, ya sean en su ámbito privado como el profesional. Lo adoptan de forma rápida y proactiva.

Del lado de los clientes o consumidores, cada vez es mayor la necesidad de dotar a los mismos de herramientas de contacto con productos y servicios que no necesiten un intermediario que lo gestione. Esto proporciona inmediatez y transparencia, que es uno de los pilares de las relaciones comerciales actuales. Los clientes ya no solo seleccionan a las empresas por sus productos, servicios o precios, sino que buscan la inmediatez y transparencia, fuera de las limitaciones de personas u horarios.

Todo esto solo es posible con el sustento de la tecnología, soluciones como bots (tan de moda estos días) o términos más complejos como IA, Machine Learning, etc., empiezan a ser la base de las compañías mas innovadoras.

Con todo, existe mucha confusión sobre la transformación digital, se habla mucho de ella, pero se confunde con la mera implantación de una tecnología. Un sinfín de empresas de tecnología venden transformación digital cuando realmente lo que hacen es instalar una herramienta concreta. La transformación digital debe incluir tecnología, personas y procesos y por lo tanto son pocas las compañías realmente capacitadas para liderar dicha transformación digital. Esto no quiere decir que no sean actores de dicha transformación, pero en ningún caso son precursores. El proceso de transformación digital necesita de un impulsor de dicho cambio y por lo tanto las empresas deben tener un líder interno y una visión de compañía que fomente y permita este cambio implicando posteriormente a los actores o compañías de tecnología necesarias (y no al revés).

Podríamos comparar la necesidad de transformación constante y la adecuación continua al cambio con el modelo de One Version de los servicios en la nube con lo que se iniciaba este artículo; cambios constantes con periodos de adaptación hipercortos en donde los usuarios se adaptan y aceptan estos cambios de forma tan natural como cuando se actualiza el software de nuestro teléfono.

La implantación de estos cambios en las empresas suele ser complicado y es habitual encontrar resistencia al cambio. Además, suele haber diferentes maneras de entender este cambio y por lo tanto puede haber roces internos en su definición. Lo importante para el éxito de estos proyectos es entender que lo principal no es la definición del proceso actual, que sería una visión algo más táctica o a corto plazo, sino el entender cuáles podrían ser los siguientes cambios que vendrán irremediablemente dentro de poco tiempo. Esta visión estratégica es la que diferenciará a las empresas a partir de ahora y debe ser definida de forma clara y firme para toda la organización.

Todas las empresas se encuentran en este proceso de digitalización, algunas en una fase más avanzadas y otras en fases aún iniciales. Aquellas que sepan realizar este camino de forma más eficiente serán, sin lugar a dudas, líderes en el medio plazo.

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