
La contratación de planes de pensiones se encuentra en uno de los momentos más bajos de su historia. La industria financiera está aplicando a este producto unas comisiones que rondan el 1,5% máximo establecido legalmente por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones del Ministerio de Economía y Empresa, lo que le ha hecho perder atractivo frente a otras alternativas que ofrecen interesantes rentabilidades con un gasto menor.
Según el estudio Rentabilidad de los Fondos de Pensiones en España 2003-2018 del profesor del IESE Pablo Fernández, la rentabilidad acumulada de este producto en dicho periodo fue del 38,7 por ciento (con un promedio anual del 2,11 por ciento), frente a un 118 por ciento registrado por el IBEX 35 (con un promedio anual del 5,33 por ciento). De los 358 fondos de pensiones con 15 años de antigüedad que existen en nuestro país, sólo seis consiguieron superar la rentabilidad del IBEX 35.
Por otro lado, un plan de pensiones basado en fondos indexados de renta variable de muy bajo coste como el PPI Selección Plus de Fintup, que oscila según el comportamiento del mercado, permite ahorrar al usuario hasta un tercio de las comisiones de los planes convencionales. Al establecer unas comisiones totales del 0,97 por ciento, es decir, 53 puntos básicos por debajo del máximo legal permitido, se traduce en un ahorro del 35,5 por ciento, lo que a largo plazo serían decenas de miles de euros a favor del cliente.
Por ejemplo, una persona que se plantee preparar su jubilación con una inversión inicial de 5.000 euros y luego mantenga una rutina sencilla de ahorro de 100 euros al mes durante 35 años podría ahorrarse más de 70.000 euros totales en comisiones, o unos 29.000 si el plazo es de 30 años.
A la vista de todos estos datos, resulta evidente que optar por la inversión en renta variable para asegurar nuestro futuro es una apuesta más eficaz que recurrir a abrir un plan de pensiones de los de toda la vida en el banco de la esquina.
Lo más recomendable es buscar un plan de pensiones cuya cartera tenga un core de gestión indexada más un añadido de una pequeña parte de fondos con filosofía value y algún fondo de gestión activa de alta calidad.
El core indexado aporta calidad a muy bajo coste (si es con fondos Vanguard, tanto mejor). La suscripción mínima de estos fondos es de varios millones de euros, pero gracias al sector Fintech se han convertido en accesibles para clientes que, de otro modo, nunca hubieran podido beneficiarse de sus posibilidades. Asimismo, esa pequeña parte de value aporta la excelencia de la gestión activa, dado que se trata de fondos que sí logran batir a los índices. Acceder a un plan de pensiones con este mix es una excelente apuesta a largo plazo.
Un aspecto importante a tener en cuenta a la hora de contratar un plan de inversión es no apostar por una estrategia demasiado conservadora si al cliente le faltan aún varias décadas para la edad de jubilación.
Es un error muy común en nuestro país: muchos usuarios pasan largos años invirtiendo en el mismo lugar y, al cabo del tiempo, se encuentran con que después de las comisiones, los impuestos y la inflación no han ganado el dinero suficiente para disfrutar de una jubilación digna. El resultado es que han asumido más riesgo que si hubieran invertido en renta variable durante esas mismas décadas, pero con resultados mucho menos satisfactorios. Por otro lado, es interesante aprovechar el hecho de que los planes de pensiones ayudan a reducir la base imponible del cliente: si reinvertimos adecuadamente lo que nos devuelve Hacienda por nuestro plan de pensiones podemos generar un "círculo virtuoso de inversión", y además evitamos problemas futuros cuando vayamos a rescatar nuestro plan y veamos que el 100 por cien de los rendimientos consolidados tienen consideración de rendimientos dinerarios.
Respecto a la edad ideal para comenzar a invertir en nuestro futuro, hay que recordar que cuanto antes se empiece, más posibilidades habrá de obtener mejores rentabilidades asumiendo un riesgo menor, y siempre manteniendo un horizonte temporal superior a diez años, que es el mejor para aumentar la exposición a renta variable. El tiempo es el mejor aliado del interés compuesto. Por ello, es mejor comenzar con 25 años a invertir en renta variable 60 euros al mes que empezar con más de 50 años invirtiendo grandes cantidades.
Si somos capaces de vivir con el 80 por ciento de nuestro sueldo e invertir el 20 por ciento restante, si mantenemos la constancia de nuestras aportaciones y nos olvidamos de las noticias de la televisión, al final del camino lograremos interesantes resultados que nos garantizarán una jubilación sin sobresaltos.