Opinión

La incertidumbre continúa en nuestro mercado laboral

  • El empleo juvenil registra su peor dato de febrero por el alza del SMI
Foto: Efe.

Un año más, febrero ha servido de efecto rebote después de los malos datos cosechados por nuestro mercado de trabajo en el mes de enero, cuando el paro aumentó en más de 83.000 personas y perdimos más de 200.000 afiliados a la Seguridad Social.

En febrero, el número de personas inscritas en las oficinas del servicio de empleo público ha aumentado en más de 3.000, dejando el número en 3.279.000.

Como datos más relevantes, me gustaría destacar el considerable aumento que se ha producido en el número de cotizantes a la Seguridad Social, elevándose en casi 70.000. Este aumento, que deja el número total en 18.888.368 afiliados, mejora los registros respecto al mismo mes de 2018 en más de 500.000 nuevos cotizantes a la Seguridad Social.

Por sectores, destacamos especialmente la construcción, la industria (después de unos meses de retroceso) y los servicios. Por el contrario, la agricultura ha registrado un retroceso serio, debido fundamentalmente a la estacionalidad.

Como suele ser habitual en este mes, parece que hay una contradicción entre el número de parados inscritos, que empeora y nos arroja un resultado negativo, y los afiliados a la Seguridad Social, que mejoran. Sin embargo, estos datos no tienen que ir siempre de la mano. El paro registrado depende en gran medida de la fluctuación de la población activa y las personas que deciden inscribirse, por algún motivo, en las oficinas del paro, por lo que pueden darse ocasiones en las que el empleo creado no sea lo suficientemente potente como para hacer que el número de parados inscritos disminuya.

Al igual que sucedió en enero, el impacto del salario mínimo ha hecho mella en el empleo juvenil, que ha registrado su peor dato de los recibidos en el mes de febrero. El incremento del desempleo, de un 4,2%, ha empeorado en más de 1 punto los datos de 2018. Después de unos años donde la mejora del desempleo juvenil ha sido una constante, vemos cómo los datos emperoan desde que se introdujo la nueva cuantía del salario mínimo. Parece ser que esta medida está empezando a tener un impacto negativa en las comunidades autónomas con menores rentas y trabajo más precario, como pueden ser Canarias o Castilla La Mancha, dónde se observan leves retrocesos en la contratación y, especialmente, en la contratación indefinida. Además, como ya vimos en la última EPA (dónde todo el empleo que se creó fue público) y como suele ser habitual en año electoral, el gasto público y el empleo público por extensión crecen más de lo habitual. Lo estamos viendo especialmente en esta legislatura, donde el consumo en las administraciones públicas se ha desbocado, aplicando una política de gasto público absolutamente contraria al estado actual y, sobre todo, a las perspectivas de crecimiento de nuestra economía.

En un momento en el que la economía española crece con menor intensidad, la economía mundial se enfría y las perspectivas de crecimiento son moderadas, no parece conveniente que la aportación del gasto público al crecimiento del PIB haya crecido tanto en el último semestre, fundamentalmente.

Debemos recordar el elevado endeudamiento que tiene España y los gastos comprometidos para el 2019 (aumento de las pensiones, de los sueldos de los funcionarios, etc.). No parece que esta situación sea sostenible durante mucho tiempo.

Probablemente, no veamos el alcance de todas las medidas que se están tomando estos meses hasta después del verano, ya que, por un lado, el empleo público seguirá creciendo hasta después de las elecciones y, por otro, a partir de junio, con la temporada estival, se creará el empleo típico de la estacionalidad ligada al turismo, de forma que, hasta septiembre, no seremos capaces de ver las consecuencias de todas las políticas que se están poniendo en marcha.

Desde luego, las perspectivas son poco halagüeñas. O cambiamos el rumbo y aplicamos políticas económicas más acordes a los tiempos que corren, o el futuro será más oscuro para el empleo de lo que ya lo será por el ciclo económico. Y, por si todo lo anterior no fuera suficiente, se sigue especulando con cambios en una reforma laboral que ha modernizado nuestro mercado de trabajo, flexibilizándolo y haciendo que, aunque de dudosa calidad, se haya creado empleo de forma masiva.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky