Según las encuestas en las midterm elections (legislativas intermedias) del martes, Donald Trump, y los republicanos perderían el control de la Cámara de Representantes, logrando mantener la mayoría del Senado. Se vota la Cámara de Representantes del Congreso en su totalidad y se renueva un tercio del Senado. Ambos bajo control de los republicanos. Determinan la capacidad del presidente de llevar adelante su agenda legislativa, las designaciones para altos cargos de la administración y en las cortes federales, y fijan las mayorías en las comisiones investigadoras y los comités parlamentarios. Son también un barómetro de la popularidad del mandatario y del partido gobernante. Por eso, y con la humildad a la que nos tiene acostumbrados, Trump dice "son un referéndum sobre mí".
Beneficia a los demócratas la polarización del alto rechazo que provoca Trump. Teniendo en cuenta que este año las midterms se perciben como un voto a favor o en contra de él, muchos acudirán a las urnas pensando más en el presidente que en los asuntos de su distrito. Pero les perjudica la menor concurrencia a las urnas de latinos y votantes de color, contrarios abrumadoramente a los republicanos. Las cifras de participación desde hace décadas no superan el 40 por cien (en las presidenciales suele estar en torno al 60 por cien).
Trump tiene la seguridad de que a no ser por una arrolladora victoria demócrata los riesgos de juicio político para destituirlo son mínimos. Si bien una Cámara de Representantes con mayoría de-mócrata tiene capacidad para investigar al presidente, el caso pasaría al Senado donde se requieren dos tercios para el impeachment. Una victoria demócrata en el Senado es, pues, imprescindible para que prospere. Además, detendría el nombramiento de jueces federales afines a Trump; cargos con muchísimo poder de decisión. Y, muy importante, vitalicios. Sin embargo, esa victoria demócrata en el Senado es improbable.
En estos comicios se renueva un alto porcentaje de las cámaras legislativas estatales
Aunque los medios van a prestar su atención a las votaciones al Congreso, son las de los gobernadores y las cámaras legislativas estatales las verdaderamente decisivas. En las midterms se elige asimismo quién gobernará en 36 de los 50 estados y se renueva un alto porcentaje de cámaras legislativas estatales; 87 de 99.
En EEUU se hace mucha más política a nivel estatal que federal. Es la política estatal la que cambia la vida de la gente. Los Estados tienen mucho poder y el Tribunal Supremo les está otorgando más, con lo que va a seguir aumentando en los años próximos. Además hay que tener en cuenta otro dato: 2020 es año de censo. El mapa de distritos electorales se puede redibujar. Tal y como están dibujados ahora mismo esos mapas (que se revisan cada diez años), el Partido Republicano sale muy favorecido.
En la mayoría de los Estados son las cámaras legislativas las encargadas de establecer, con el nuevo mapa, qué votantes escogen a qué representantes. Si los demócratas aprovechan la oportunidad para aumentar su representación en buena parte de las cámaras legislativas estatales que se someten a votación, estarán en posición de controlar en 2020, de forma parcial o total, cómo serán los nuevos mapas de distrito.
Los demócratas, tradicionalmente un espacio para una extensa variedad de facciones y grupos, han cerrado filas. Trump, quien está asumiento todo el protagonismo en este final de campaña, puede estar siendo el unificador involuntario del dividido partido. Si recuperan la Cámara de Representantes, podrían diseñar una plataforma más coherente de política de oposición.
Trump es hábil para conectar de modo directo con el electorado y aprovechar sus divisiones. Le beneficia la desesperada situación de los migrantes centroamericanos para decir a sus votantes que no permitirá la entrada a la "caravana ilegal". La economía sigue siendo la principal preocupación, seguida muy de lejos por los servicios de salud. Se aplauden sus medidas de desregulación y bajadas de impuestos. Las graves debilidades de la gestión económica: aumento progresivo del déficit fiscal y repercusiones de la guerra comercial que ha desatado no han sido percibidas por ahora. Les va peor a los que trabajan en industrias que dependen en buena parte de la exportación, incluyendo a muchos agricultores. Los grandes beneficiarios de sus políticas son los muy ricos. La brecha que separa a ne-gros y latinos de los blancos irá agrandándose en el futuro, a medida que el Gobierno actual recorta programas en educación pública, salud y bienestar social.
El contexto en el que se inicia la campaña presidencial de 2020, poco después de estas midterms, será muy complejo.