Opinión

El pasaporte al transporte limpio

Foto: Getty.

Los numerosos desplazamientos en las grandes urbes causan desesperación a los ciudadanos. Afectan en gran medida a la calidad de vida y contaminan nuestras ciudades. ¿Cuántas veces hemos soportado atascos infinitos por no coger el metro en hora punta? Lamentablemente, no se ha inventado la capacidad de teletransportarse, pero sí que existen modalidades de transporte sostenibles que acortan los tiempos de espera y nos hacen la vida más sencilla.

Es necesario sensibilizar a la ciudadanía de los beneficios que una movilidad eficiente supone para el conjunto de la población. Y aunque la mayoría de las personas está a favor del transporte público o de formas de desplazamiento eficientes, cuando les preguntas si optan por ellos, son menos los que afirman hacerlo. Dicen que usar su vehículo propio les da mayor autonomía, comodidad y que reducen tiempos. Y en lo referido a automóviles eléctricos, hablan de falta de disponibilidad o de costes más elevados.

La responsabilidad de las empresas que nos dedicamos a mejorar la calidad de vida en las ciudades, como es el caso de Siemens, es derribar todos sus argumentos y proporcionar soluciones que cambien ese comportamiento para que la mayoría escoja un modo de transporte más eficiente y sostenible. Porque conseguir una movilidad más inteligente es fundamental para el futuro de las ciudades. Según datos del estudio The Mobility Opportunity, elaborado por Siemens y Credo, contar con un transporte más eficiente impulsaría el PIB de las principales ciudades en 119.000 millones de dólares y hasta los 238.000 millones de dólares para 2030.

Estamos inmersos en este cambio de paradigma, que, por supuesto, tiene mucho de concienciación, pero también mucho de tecnología e inversión. Hay que dirigir la sensibilización hacia la digitalización. Debemos entenderla como el pasaporte para conseguir un nuevo sistema de transporte eficiente, seguro y bien gestionado, donde los vehículos eléctricos sean las estrellas tanto de la red pública, como del uso privado.

Y es que la tecnología es la única que puede aumentar el número de viajeros del transporte público. Iniciativas como la Semana Europea de la Movilidad, en la que estamos inmersos, contribuyen a hacerlo. Pero ¿en qué punto nos encontramos en España? ¿El vehículo tradicional sigue siendo el actor protagonista de nuestros desplazamientos o ha pasado a ser el actor de reparto? La adopción de vehículos eléctricos privados en nuestro país va por buen camino. En 2017 se matricularon 13.021 coches eléctricos puros e híbridos enchufables, un 110,6% más que en 2016, según la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de Vehículo Eléctrico.

Estos datos evidencian que la labor de concienciación sobre los automóviles de cero emisiones está calando en la sociedad, pero no es suficiente. Una de las mayores resistencias al cambio es la falta de disponibilidad de una red de recarga consistente y los elevados costes. En este sentido, será necesario facilitar ayudas por parte de las administraciones para que el precio de compra de vehículos y la implantación de las tecnologías no resulte tan elevado, la instalación de más puntos de recarga en los núcleos urbanos y, por supuesto, apostar por la tecnología para mejorar su rendimiento y seguridad.

Los pasos que estamos dando hacia la digitalización de nuestro transporte público están acabando también con el protagonismo del vehículo contaminante. Tal y como se extrae de la Estadística de Transporte de Viajeros del INE, en 2017 se mejoraron los datos en relación al 2016 y, este año, según las últimas cifras referidas al mes de julio, el número de usuarios del transporte público aumentó un 3,4% en este mes respecto al mismo periodo del año anterior. No obstante, hay que seguir invirtiendo. La cada vez mayor concentración de la población en los núcleos urbanos está multiplicando los traslados y provocando retrasos, averías o falta de disponibilidad.

La buena noticia es que ya existe la tecnología para combatir todos estos problemas. Hoy, gracias a sistemas automatizados ya se puede monitorizar la red de transporte y con herramientas digitales como City Performance Tool basadas en el análisis de datos y herramientas predictivas, se puede optimizar la gestión de numerosas variables que inciden en el normal desarrollo del tráfico o diversas incidencias que tienen lugar habitualmente en las ciudades, como los niveles de emisiones contaminantes, etc. De esta manera, se evita que el usuario tenga que sufrir demoras o incidencias; elija la mejor opción para su movilidad y la ciudad disfrute de un aire más limpio.

En definitiva, ya hemos tomado la salida correcta; aquella que nos conduce hacia una movilidad inteligente que acabe por completo con la contaminación y que otorgue al vehículo de cero emisiones el papel protagonista que tantos años lleva interpretando el clásico automóvil. Los ciudadanos y las empresas ya circulamos por esta autopista y, aunque nos llevará tiempo llegar a su meta, vamos en la dirección correcta.

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